LA CASA DE ERNESTO SÁBATO SERÁ CONVERTIDA EN MUSEO DESDE EL 1º DE JUNIO DE 2012
Será un merecido homenaje recorrer la Casa de Santos Lugares donde vivió Ernesto Sábato , y donde su espíritu vagará junto a nosotros en esas paredes testigos de sus momentos más difíciles y alegres de su larga vida.
Tengo en mis recuerdos, la vivencia de mi ingreso a la facultad de ingeniería la suerte de haberlo conocido a través de la lectura, la novela: “El Túnel”, el personaje atormentado y desilusionado de Castel que termina siendo un asesino sin proponérselo.
Debo reconocer que en ese convulsionado año de 1975 en los albores de la dictadura de 1976 no era precisamente un autor que yo conocía , siempre me gusto leer ; pero ; para mi Sábato no formaba parte de mis libros en la biblioteca , tampoco ni imaginaba que mi vocación técnica se iba a abocar en el correr de los años en el periodismo , ironías o trampas del destino , lo cierto que fue justo en ese año que en la facultad se ingresaba sin el examen de ingreso tradicional y en su lugar había que aprobar como requisito tres materias culturales dividido en dos semestres denominado tríptico , una de las materias se llamaba: Idioma Nacional y entre las variables temáticas de la misma formaba parte la literatura y por supuesto había trabajos prácticos y a mi en particular me toco leer esta novela de Ernesto donde había que resumirla , contarla y examinarla , lo cierto que “El Túnel” me fascino tanto, que la mañana que me dieron el trabajo para hacerlo y posteriormente adquirir el libro , recuerdo que a la noche siguiente me dispuse a leerla , y la verdad que el ritmo descriptivo de la lectura no daba tregua , la tragedia y la intriga de los personajes me fascinaron, lo que produjo por consecuencia que no pude de dejar de leer el libro hasta su desenlace.
Es necesario aclarar que mis libros son en su gran mayoría de autores de habla irlandesa, inglesa o francesa, pero el ritmo de “El Túnel” me atrapo, porque Sábato podía descomponer y trazar un perfil del personaje central de esta novela hasta el punto de la exasperación y la misteriosa , lujuriosa mujer que de repente se ofrecía y más tarde desaparecía ante sus ojos sin dejar rastros hasta la búsqueda paranoica de Castel en descubrir el porque de esa aventura y desembocar luego en una tragedia.
Desde entonces Sábato ocuparía junto a Borges un espacio entre mis libros, y en el caso de Ernesto no sé si hay alguna similitud a la distancia con él en la faz técnica mezclada con la artística, no así con su ideología de la cual es totalmente opuesta a la mía, pero aún así lo admiro como persona, como escritor, científico y artista.
Gerardo D´Andres
Algunas notas periodísticas referentes sobre este tema -
REVISTA DE CULTURA Ñ De Clarín
El destino decidió que 2011 sea un año de despedidas de grandes figuras de las letras argentinas: primero María Elena Walsh, seguida por David Viñas y el sábado, el gran Ernesto Sabato. Anoche, en un atardecer helado en el enorme pabellón Jorge Luis Borges, el segundo hijo de Ernesto Sabato —el cineasta, Mario— enfrentó noblemente la dolorosa tarea de recordar públicamente a su padre en un homenaje que estaba programado previamente como un tributo al escritor que en 24 junio iba a cumplir 100 años. Se trataba de una charla y la proyección de “Sabato, mi padre”, un documental que hizo Mario y del que al escritor le mostraron sólo 40 minutos “para que no reviviera momentos dramáticos”.
Antes de salir al escenario sonaba la musica de Adiós Nonino de Piazzolla y otros tangos que tanto le gustaban a Sabato.
La forma que tomó el homenaje fue un reportaje público en el cual el presidente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, Juan Carlos D’Amico, entrevistó a Mario Sabato. Antes de comenzar D’Amico pidió disculpas a los periodistas por las posibles torpezas que podría cometer por no ser del rubro. Sin embargo, resultó ser un interlocutor ideal, ya que hizo preguntas que tal vez un periodista no se hubiera animado a formular por pudor de hacer cuestionamientos sumamente íntimos en un momento tan difícil. El resultado fue un encuentro cálido.
Por ejemplo, D’Amico le dijo a Mario: “Ernesto Sabato fue siempre un hombre que padeció llevar como carga muchas de las desgracias que ocurren en el mundo… ¿Transmitía esa pesadumbre en el ambiente familiar?” Y Mario, encorvado en su asiento, mirando hacia la mesa donde se sentaba sobre el escenario delante de casi mil personas, con su pelo gris y un saco gris, respondió: “Trataba de hacerlo, pero no lo dejábamos mucho. Vamos a ser sinceros: era bastante complicado con eso. No se puede estar triste todo el tiempo, angustiado todo el tiempo… Todo era una exageración. Vivió esa exageración…” ¿Cómo era Ernesto? El hijo lo tenía calado: “Parecía muy duro, pero no lo era tanto. Se escudaba detrás de esos anteojos de armazón grueso y negro”.
Un conocido de Ernesto Sábato, quien estuvo en más de diez cumpleaños del escritor, comentó la increíble semejanza de la voz de Mario y la de su padre; la entonación, las pausas, la melodía. En lo que fue el momento más desgarrador de la noche, D’Amico le pidió que Mario repitiera lo que dijo hoy a la mañana en el entierro. Fue el único momento en el cual se le quebró la voz al hijo de Ernesto (su hermano Jorge, murió en un accidente automovilístico en 1995): “Mi homenaje chiquito es decirle a mi padre y mi madre y a mi hermano que me voy a hacer cargo de la familia. Ahora soy el jefe de la familia.” Al principio de la charla D’Amico anunció que la casa de Sabato en Santos Lugares será declarada patrimonio provincial y convertida en un casa museo “para estar cerca de Sabato el mayor tiempo posible.” Esa casa, se sabe, fue un lugar importante en la vida del escritor. Ayer, Mario contó que, antes que su familia, la habitó el escritor brasileño Jorge Amado.
Mario hizo un homenaje muy sentido a su madre Matilde Kuminsky. Dijo que vivió para sostener, impulsar y estimular a su padre y que postergó su propia carrera como escritora. Sobre el final de su vida publicó dos libros, uno de cuentos y uno de poemas.
Mario aludió a la figura pública de su padre y la reacción del publico frente a su muerte:“En estos dos días tumultuosos, ha sido maravilloso sentir la compañía de la gente. Papá no nos pertenecía, le pertenecía a toda esa gente que fue a darle su último adiós y eso me da alegría y orgullo.” La frase de Mario que resume en una línea el luto del hijo fue: “Mi padre tenía una vitalidad trágica”.
DIAGONALES - De El Argentino.com
Un día después de la partida física de Ernesto Sabato (ocurrida el sábado), el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, conjuntamente con la Fundación El Libro, realizó un acto de homenaje al escritor en el marco de la 37º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Durante el acto, el presidente del Instituto Cultural, Juan Carlos D’Amico, adelantó que la casa de Santos Lugares, en la que Sabato vivió medio siglo y murió en la madrugada del sábado, será declarada Patrimonio Cultural de la Provincia y, en una acción conjunta entre el Estado Provincial y el municipio de Tres de Febrero, será convertida en museo. El funcionario provincial también adelantó que el gobierno bonaerense se hará cargo de la refacción de la casa.
Entre los múltiples reconocimientos que el Gobierno de la Provincia, a iniciativa del gobernador Daniel Scioli, ofreció en vida al talentoso escritor, se destacan la imposición de su nombre a la Biblioteca Central de la Provincia (en 2008) y la entrega del Premio José Hernández (en 2010).
Un emotivo encuentro. "No podía admitirme flaquezas, estoy entero y estoy acá", dijo Mario Sabato al llegar a la sala Jorge Luis Borges de la Feria del Libro, donde tuvo lugar el homenaje a su padre, cuyos restos acababan de ser inhumados.
Mario calificó estos dos últimos días como "tumultuosos", "sentir que tanta gente nos acompañaba y que papá no nos pertenecía, pertenecía a todos. Por eso en esa tristeza hay alegría y orgullo", dijo entrecortado por el aplauso sostenido de la gente que lo aplaudió de pie.
Organizado por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y por la Fundación El Libro, el acto ya estaba programado con la presentación de un documental hecho por el hijo del escritor y un análisis de su obra a cargo de la escritora María Rosa Lojo (segmento este que quedó descartado).
"Debido a su repentina muerte, hubo algunos cambios, pero a pesar de la tristeza de su fallecimiento no hay mejor lugar que la Feria del Libro para que sus lectores puedan homenajearlo", señaló Gabriela Adamo, directora de la fundación El Libro, en la apertura del acto.
Luego comenzó una entrevista que le realizó el presidente del Instituto Cultural a Mario Sábato, cineasta e hijo del genial narrador.
A modo de introducción, D’Amico remarcó que "desde que asumimos la gestión con Sebastián Berardi, el gobernador Daniel Scioli nos pidió que estemos cerca de Sabato porque lo consideraba el escritor vivo más importante de la Argentina y además era nativo de la provincia de Buenos Aires". Posteriormente, y durante 40 minutos, el titular del organismo de cultura indagó acerca de las características sobresalientes de Sabato como escritor y en la vida cotidiana y familiar.
Notablemente emocionado, Mario contó anécdotas de su padre, remarcó el papel de su madre Matilde (compañera de Sabato durante 65 años) y dio paso a la proyección del film Sabato, mi padre, que contó con su dirección.
"En mi película prevalece el hombre, no el personaje, él que se escondía detrás de la estatua, detrás de los anteojos negros. Está el hombre, el abuelo. El que quiera examinar su obra, no va a encontrar referencias", dijo el hijo de Sabato, en un diálogo intercalado con preguntas de D`Amico, cuyo disparador eran frases del escritor.
"Con la película mi padre no tuvo nada que ver, sólo ser protagonista, hay momentos divertidos aunque también entramos en zonas dolorosas –resaltó–. Cuando se terminó hará unos tres años, él vio sólo 40 minutos, después hicimos como que se descompuso el proyector para que no reviviera momentos dramáticos de su vida".
¿Sabato tenía amigos? "Tenía muchos amigos, pero eran amistades más pudorosas de lo que son ahora, amistades recatadas. Supo ser cercano a la gente del barrio, él siempre vivió tan modestamente como ellos", contó.
A sala llena, con gente silenciosa, que con todo respeto se fue ubicando en la sala, y con la presencia de toda su familia (la viuda de su hermano Jorge, las cuatro nietas, los dos nietos y los cuatro biznietos del escritor), Mario fue desgranando los pasajes claves del film, mientras armaba para el público una imagen intimista de su padre.
Si hubiera cumplido los cien (su cumpleaños era el 24 de junio próximo), "habría hecho chistes, seguro, nunca le tuvo miedo a la muerte, la aceptaba decía pero también que le gustaría vivir un número razonable de años, 1000 o 2000. Seguro que si llegaba a los cien, habría hecho algún comentario de humor negro", imaginó su hijo.
Una vez concluido el reportaje, el auditorio de la sala Jorge Luis Borges ovacionó de pie a Mario, quien soltó unas lágrimas y emocionado afirmó: "acepto estos aplausos porque sé que son para mi padre; muchas gracias".
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