HOMENAJE A FRANCISCO MORENO - PERITO MORENO
UNOS DE LOS GRANDES OLVIDADOS DE LOS HOMBRES ARGENTINOS
FRANCISCO MORENO - PERITO MORENO
Cuaderno 16
Francisco P. Moreno
Alma de la Patagonia
por Germán Sopeña
EXPLORADORES
Si el padre Alberto De Agostini fue el gran explorador de la Patagonia en el siglo XX, el doctor Francisco Pascasio Moreno fue indiscutiblemente la figura mayor del siglo XIX, sea como descubridor, soñador o gran defensor de esos inmensos territorios que nadie hasta entonces había conocido como él.
Y la afirmación vale pese a que su estatura de explorador debía compararse por aquellos años con algunos predecesores ilustres de la talla de Charles Darwin, del francés Alcide D’Orbigny, del británico George Chaworth Musters o del jesuita Niccoló Mascardi, por mencionar a los principales nombres de una coda lista de descubridores del fin del continente americano, tantas veces comparado, con razón, con el fin del mundo conocido.
Desde muy temprana edad, Moreno se equipara a esos pioneros con viajes y observaciones de notable alcance. Pero su dimensión personal fuera de lo común se irá agigantando con el tiempo porque Moreno no fue sólo el aventurero y el científico con salud de hierro y desprecio por el peligro; fue en realidad una multitud de personas a la vez, capaz de asumir tantos roles como fuera necesario y guiado siempre por el afán del admirador de una Patagonia a la que le adivinó el alma y la esencia con la sensibilidad que no tuvo Darwin, que sólo vio allí una "tierra maldita" por la aridez y la desolación de las interminables mesetas.
Moreno comenzó recorriendo los caminos de Darwin. Utilizó, incluso, como guía para uno de sus grandes viajes el relato pormenorizado del naturalista británico, que había remontado el río Santa Cruz en 1834. Pero el alcance de la mirada de Moreno fue ilimitado. Lo sintetiza bien una de sus primeras definiciones al recorrer, con ojos de descubridor, los primeros escenarios patagónicos en su viaje inaugural al sur: "Después de examinar el yacimiento fosilífero de Punta Alta descubierto por Darwin, y acompañado por dos muchachos indígenas, me dirigí a Nueva Roma, último destacamento fronterizo. Hermoso porvenir tienen aquellos parajes ocultos bajo el aspecto árido que le dan sus salitrales, sus médanos y sus matorrales espinosos. Ansío para esos lugares, una escuela donde se aprenda a aprovecharlos". (Reminiscencias del Perito Moreno, págs. 26-27, Ed. Elefante Blanco, 1997).
Tal como se ve en la fuerte imagen que nos devuelve la clásica foto de Moreno ya viejo y en traje de hombre de ciudad, sus ojos transmiten su fuerza para retener las distancias, los ríos, las montañas, los lagos o los desiertos y transformarlos en un compromiso absoluto con esa Patagonia que le atrapó los sentidos.
Un hombre múltiple, como sólo pudieron serlo durante aquella etapa fundacional de la Argentina, que también se colocaba en la línea de los grandes humanistas de todos los tiempos: naturalista, caminante, aventurero, científico, geógrafo, escritor, fotógrafo, diplomático, estadista, educador, filántropo. En la Argentina se lo recuerda, ante todo, como el Perito Moreno, un título, que ganó gracias a su formidable tarea de negociador frente a Chile en la larga disputa por los límites fronterizos, que concluyó con el arbitraje de la Corona británica de 1902, y que dio largamente razón a Moreno por la contundencia de sus argumentos geográficos, históricos y científicos. Siempre guiado por esa mezcla de sentimiento poéticos y poéticos al mismo tiempo que eran una suerte de ideología misteriosa que unió a los grandes nombres ilustres de la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX -los Sarmiento, Mitre, Alberdi, Roca, Avellaneda- para producir una conjunción extraña y transformadora, capaz de cambiar totalmente al país en pocos años y convertirlo, de una nación pobre y sin destino del poscolonialismo español en una de las grandes promesas de prosperidad y modernismo al llegar al primer centenario de vida como nación independiente, en 1910.
A esa estirpe pertenecía Moreno. Pero si muchos de sus pares de la época dieron sus batallas en ministerios, legislaturas, presidencias o en los centros del poder mundial del siglo XIX, Moreno sería el hombre de los espacios desconocidos, de lo inexplorado, del gran futuro del país y de la región. Y, en verdad, del futuro del hombre en general, porque en su visión de extraordinaria anticipación, Moreno supo ver antes que nadie que por amplia que fuera la Patagonia, era necesario preservar la naturaleza para el futuro creando parques nacionales para evitar el abuso humano, y transmitiendo, ante todo, la idea del respeto a los árboles, a las montañas y a los pobladores naturales de esos territorios, que sufrirían el embate inevitable de los nuevos colonizadores. Fue un ecologista antes de que se inventara la palabra. Y lo llevó a la práctica donando todo lo que tenía para que se creara, en lo que hoy es Bariloche, el primer parque nacional argentino, símbolo del respeto y la preservación de la naturaleza por la cual Moreno había comenzado a trabajar, quizá sin darse cuenta, desde los primeros años de su infancia.
NATURALISTA PRECOZ
Nacido en Buenos Aires el 31 de mayo de 1852, Francisco Pascasio Moreno llegó al mundo en el seno de una familia de buen pasar y de estrechas relaciones con el mundo de la política. Su padre, Francisco Facundo Moreno, hombre ilustrado y de fortuna, encarnaba el pensamiento liberal y contrario al dictador de la época, Juan Manuel de Rosas, cuyo gobierno había obligado a muchos argentinos a exiliarse en Uruguay. Entre ellos se encontraba don Moreno padre, quien compartió aquellos años de exilio con figuras como Mitre, Sarmiento, Echeverría y muchos otros nombres que jugarían un papel clave en la nueva etapa argentina que comenzaría tras la derrota definitiva de Rosas en la batalla de Caseros, en febrero de 1852.
La familia Moreno regresó a la Argentina pocos días después de esa bisagra histórica del siglo XIX para la Argentina y pocos meses después nació el primer hijo varón de Francisco Facundo Moreno y Juana Thwaites, argentina, hija de un militar inglés radicado en Buenos Aires tras el fracaso de las invasiones inglesas de 1806 y 1807.
Desde muy temprano, Moreno mostró una inusual afición por la naturaleza y por los restos que hablaban del pasado geológico. En escapadas a las riberas del río y, sobre todo, en una larga temporada en la estancia de unos parientes en Chascomús, que le permitió alejarse de la epidemia de fiebre amarilla de aquellos años, el precoz Moreno comenzó a juntar huesos y restos de vida vegetal o animal en lo que parecía ya una vocación natural, que fue alimentada y estimulada por su padre.
En el campo de la provincia de Buenos Aires, su búsqueda de restos del pasado acrecienta su curiosidad por la exploración. Presiente que hacia el sur, donde muy pocos se aventuran, el continente casi virgen debe reservar hallazgos extraordinarios.
A los 15 años de edad, Moreno tenía ya una colección tan importante de restos óseos y de algunos fósiles que su padre invita un di a al ex presidente Sarmiento a conocer el museo propio del joven naturalista. De inmediato, Sarmiento advirtió que se trataba de un caso excepcional. Y le dio un consejo de gran valor: "Hay que presentar a su hijo al doctor Burmeister".
Germán Burmeister, científico y naturalista alemán, había llegado al país, como muchos otros grandes educadores, atraído por Sarmiento para ocupar un lugar clave en las instituciones culturales de la Argentina. Con gran interés, analizó las piezas de la colección de Moreno y encontró, incluso, una rara especie de armadillo para la que recomendó la clasificación científica original, bajo el nombre de Dasypus Moreni.
Uniendo su consejo al del naturalista belga Eduardo Van Beneden, Burmeister alienta al joven Moreno a que envíe a Francia un relato de sus trabajos al célebre científico francés Paul Brocca -el descubridor de las diferencias entre los hemisferios cerebrales-quien no sólo toma nota de esos conocimientos de la lejana América del Sur sino que inicia una larga y provechosa relación epistolar con Moreno, a quien le abrió, para el futuro, las puedas del mundo científico europeo. Así añadió Moreno, a su multifacética actividad de estudioso en el terreno, estrechos contactos con el mundo avanzado, para dar a conocer lo que sus ojos y sus exploraciones descubrían.
Burmeister fue también el primero que confirmó a Moreno el extraordinario atractivo científico que esperaba allá en el Sur. Sin haber viajado aun, Burmeister había tenido noticias de la importancia geológica y paleontológica de la Patagonia por los relatos y testimonios aportados por un joven militar con vocación científica, el coronel Luis Fontana, quien de sus incursiones hacia lo que hoy es el norte de la Patagonia había traído numerosos vestigios del pasado.
Cuando Fontana se los llevó a Moreno, el naturalista en formación supo ya que su futuro estaba definido. Debía partir hacia el sur del país en busca de lo desconocido.
SU PRIMER VIAJE
Con sólo 21 años de edad, Francisco P. Moreno, que junto a un grupo de entusiastas de la ciencia acababa de fundar la Sociedad Científica Argentina, decide lanzarse a la exploración del Sur misterioso.
Se embarca rumbo a Carmen de Patagones, el puerto en la margen norte del Río Negro, ya en plena Patagonia. Viaja con el belga Van Beneden, quien lo alienta a tomar notas para futuros trabajos científicos. Allá comenzó su hábito de viajar con lo mínimo indispensable, que incluía un bolso para recoger huesos o fósiles, un cuaderno de notas para apuntar cuidadosamente lo registrado, y un revólver Smith & Wesson para hacer frente a lo imprevisible. A ese pequeño equipo agregaría luego un poncho, para protegerse del frío, y siempre algunas latas de foie gras, capaces de mitigar las penurias en muchos momentos extremos que le tocaría vivir en su deambular por la Patagonia.
En la exploración de un territorio sin ley ni asentamientos de ningún tipo, Moreno advierte en seguida que será fundamental mantener buenas relaciones con los indios que ocupan aquellos vastos espacios. Y comenzará de esta forma una larga historia de fluidos contactos personales con los principales jefes indios de la Patagonia -los caciques Shaihueque, Foyel, Inacayal y muchos otros- que no sólo lo respetan como hombre bravo y de conocimientos sino que le proveerán datos y secretos inapreciables para recorrer los valles, acceder a pasos cordilleranos y le transmitirán muchos conocimientos de origen legendario que ayudarán a Moreno para construir su enorme rompecabezas intelectual, con el cual describirá como nadie, en la Argentina y en el mundo hasta entonces, la Patagonia geográfica, geológica y orográfica.
Al retorno de ese primer viaje a la Patagonia, Moreno clasifica todos los restos geológicos, paleontológicos y arqueológicos recolectados en las márgenes de los ríos Negro y Colorado y envía un completo informe a Francia, donde el científico Paul Brocca recibe alborozado esas novedades y hace publicar en 1874, en la Revue d´Anthropologie un completo trabajo donde se detallan los descubrimientos del joven naturalista argentino. Moreno comenzaba a dar forma a su visión integral de la Patagonia con el arma más formidable que utilizaría siempre: el conocimiento, los nuevos datos, la información inapelable.
Une a su afán por la exploración la convicción patriótica de abrir los horizontes del país hacia esas fronteras desconocidas. En todos sus escritos se mezclan permanentemente las descripciones científicas, las preocupaciones por la cuestión de límites con Chile y la ansiedad por vislumbrar un futuro de desarrollo y prosperidad en esos desiertos, donde imagina inmensas posibilidades para un aprovechamiento económico que aún hoy, más de cien años después, sigue siendo una tarea pendiente en la Argentina del siglo XXI.
Lo inquieta sobremanera el conflicto latente con Chile. Y lo describía de este modo en su relato sobre sus primeros viajes: "La cuestión de límites con Chile se agitaba cada día y las pretensiones de este país se extendían a toda la Patagonia. La ignorancia de los argentinos sobre estos territorios era, puede decirse, completa. En cambio, los chilenos exploraban la región occidental andina oeste y adelantaban sus poblaciones en el Sur; tenían en su poder Magallanes y hacían actos de jurisdicción en Santa Cruz, con mengua de nuestros derechos".
Su percepción sobre la gravedad del conflicto limítrofe se agudiza en ocasión de su segundo viaje a la Patagonia, en el verano de 1874, cuando acompaña al comandante Martín Guerrico, que iba al mando del bergantín Rosales y se dirige a Colonia Santa Cruz, en la desembocadura del río Santa Cruz, para afirmar la presencia argentina en el lugar, donde muy poco antes se había registrado un desembarco y declaración de posesión por parte de marinos de Chile.
La vista impresionante de la desembocadura del Santa Cruz, río caudaloso y de neto color glaciario, estimula la imaginación del joven explorador. Lector de Darwin, que, había remontado en su ingreso frustrado hacia la cordillera, Moreno decide allá mismo que en uno de sus próximos grandes viajes deberá adentrarse en la Patagonia por ese camino natural que baja de los Andes. Puede decirse que intuye, desde la costa, que en el fondo andino lo esperan sus mayores descubrimientos.
Pero antes de esa incursión mayor hacia lo desconocido, cree llegado el momento de reconocer las zonas desconocidas de la Patagonia norte, a partir de Carmen de Patagones. Ese será, concretamente, su primer gran viaje de exploración hasta el fondo cordillerano, con el cual comenzará a sumar descubrimientos geográficos de extraordinario valor.
RUMBO A BARILOCHE
Lo organiza para la temporada veraniega de 1875, con el propósito de atravesar toda la Patagonia norte a caballo y cruzar a Chile por algún paso cordillerano. Lo alienta en la misión el ex presidente Bartolomé Mitre, que comparte su preocupación por el futuro de la Patagonia, algo que muy pocos políticos de la época entienden y que ni siquiera conocen.
Mitre le entrega a Moreno una carta personal para que, cuando llegue a Chile, Moreno se presente ante el ministro de Relaciones Exteriores chileno, Diego Barros Arana. Curiosa premonición: 25 años después Moreno y Barros Arana serán los peritos de cada país para dirimir la gran cuestión ante el árbitro inglés que laudará en 1902.
Sin embargo, Moreno no podrá llegar esta vez hasta el Pacifico. La travesía por la Patagonia, dominada entonces por los indios, debe efectuarse con el acuerdo de los distintos caciques de cada región. Moreno, que aprende a tratar con ellos como prácticamente no lo había hecho ningún hombre blanco hasta esa época, sabe mostrarse de entrada como hombre firme y de coraje personal, de pocas palabras pero respetuoso de cualquier compromiso contraído.
El gran cacique Shaihueque -el "manzanero", porque lideraba a las tribus del "país de las manzanas" como se conocía ya al valle del río Negro porque se habían reproducido generosamente los primeros manzanos que introdujo Mascardi- recibe a Moreno con honores en sus tolderías y preside un consejo de jefes indios para determinar si le otorgan permiso para cruzar a Chile por un paso cordillerano que sólo ellos conocían. Desconfiados, los indios deciden que se le da permiso para recorrer la zona, pero no para cruzar la cordillera. Astutos, los caciques prefieren conservar ese conocimiento vital como uno de sus mayores secretos. Moreno se muestra respetuoso de la palabra acordada. Será quizá esa actitud la que le permitirá salvar la vida, tiempo después, en un momento difícil frente a los indios.
En las tierras de Shaihueque, entre los valles de los ríos Caleufu y Collón Cura, que se unen para desembocar juntos, luego, en el río Limay, Moreno negocia el ansiado permiso para llegar al menos al lago Nahuel Huapi. Su observación desde las colinas circundantes, siempre con la visión dominante del volcán Lanín a la distancia, le permitió ver que en el fondo de lago Lacar se dibujaba un paso natural -el río Hua Hum, que va hacia el Pacífico- por donde hubiera sido fácil pasar rumbo a Chile sin mayores contratiempos. Pero en sus días en los toldos de Caleufu, Moreno se entera del gran malón capitaneado por el cacique Catriel y de los planes indígenas para llevar a cabo otra enorme incursión sobre los campos de los "huinca" (los hombres blancos) para robar ganado y todo aquello que se pudiera obtener por la fuerza.
Moreno decide entonces volver cuanto antes a Buenos Aires para advertir sobre esos planes bélicos. La providencial visita del cacique Quinchahuala a los dominios de Shaihueque da lugar a noches de festejos y largas conferencias por parte de los distintos invitados. Es la oportunidad que necesitaba Moreno para explicar por qué pide permiso para llegar hasta el lago Nahuel Huapi. "Mucho hablé aquel día y debía estar feliz en la operación, pues con la ayuda de Quinchahuala obtuve el permiso para llegar al lago", cuenta Moreno en su relato. Y agrega: "Creo que gané su simpatía por haber aceptado de él y comido sin repugnancia aparente, un plato de harina de maíz con sangre y mondongo crudo, con lo que puso a prueba mi amistad".
Shaihueque le da permiso por sólo dos días para ir al Nahuel Huapi y volver Moreno parte a caballo por las crestas de las lomadas que rodean el Limay hasta que divisa, por fin, el tan mentado y aún desconocido Nahuel Huapi. Es el 22 de enero de 1876, y su relato de ese momento merece ser recordado textualmente: "La esplendidez de la naturaleza aumenta en forma prodigiosa a medida que se avanza hacia el Sur. ¡Qué tranquillo y bello el cuadro en la cercanías del Leman argentino, más grandioso que el suizo! Al llegar al lago ansiado hice reflejar por primera vez en sus cristalinas aguas los colores patrios y bebí con gozo sus frescas aguas en las nacientes el río Limay Me miré por dentro en ese momento de satisfacción. ¿Qué quedaba de las penurias, más aparentes que reales, del viaje? ¡Nada! El espíritu descansaba tranquilo como el lago azulado ese día, sin vestigios de las borrascas anteriores. Muy pequeño había sido el esfuerzo para ser el primer hombre blanco que desde el Atlántico llegaba a tal sitio". En sus anotaciones, Moreno apunta que, decidido a respetar escrupulosamente el pacto con Shaihueque no avanzará más en esa oportunidad. Establece un campamento en una elevación, para reposar solo durante dos días y soñar con el futuro de esa región que se abre a sus ojos como una verdadera tierra prometida. Y anota, textualmente, antes de regresar al compromiso con Shaihueque: "Al despedirme del gran lago hasta otra oportunidad, despejóse el cerro Tronador y me fue dado ver su blanca cumbre".
Era el broche de oro para esa primera visión asombrada de la cordillera, interminable de norte a sur hasta donde alcanzara la mirada de Moreno, sedienta de montañas y de Patagonia. Allí quedó consolidada su vocación de descubridor y se dibujarán en su mente todos los viajes que siguieron por largos años, hasta que casi ningún rincón de la Patagonia le resultara desconocido.
RETORNO Y DESILUSIÓN
Tras algunos días de festejos en los dominios de Shaihueque, donde Moreno vuelve a oír inquietantes informaciones sobre un gran malón que se preparaba para robar ganado en la provincia de Buenos Aires, el descubridor argentino del Nahuel Huapi decide volver a toda marcha rumbo a Buenos Aires para dar noticias sobre lo que se preparaba y poder tomar las previsiones defensivas del caso.
El viaje de retorno no es fácil y también transcurre, como muchas otras veces, por el estrecho sendero de la casualidad que puede salvarle la vida del mismo modo en que pudo terminar en un final trágico e ignoto. En Chichinal, un paraje sobre el río Negro, cercano a la actual ciudad de General Roca, Moreno y su asistente se encuentran con un grupo de indios que transportan buena cantidad de caballos. Moreno, precavido, se presenta como un comprador chileno de esas tropillas robadas- que eran la base del comercio de los indios en aquellos años- y logra así ganar cierta confianza como para pasar la noche junto a ellos. En la oscuridad trama un plan audaz: aprovechar el descanso para salir al galope, arreando y dispersando la caballada de los indios y guardando algunos animales de recambio para volver a todo galope rumbo a la línea de frontera de entonces.
La maniobra, digna de una gran escena cinematográfica, se cumple tal como la imaginó Moreno. Ante el estupor y la inmediata reacción de los indios, con lanzas y flechas pero a pie, Moreno pasa al galope disparando su revólver tras haber liberado a toda la tropilla por el campo. Son segundos dramáticos y vertiginosos. Sin un rasguño, Moreno tiene el campo libre por delante y ha dejado al grupo indígena sin caballos para seguirlo.
Galopando casi sin parar llega en tiempo récord, poco más de un día, a Carmen de Patagones, sobre el Atlántico. Y desde allí, en dos días, a Bahía Blanca. Sigue sin detenerse hasta Tres Arroyos y de allí a Tandil, donde da aviso del gran malón que se avecina. Desde esa ciudad que era casi la línea de frontera argentina de la época, Moreno continúa hasta Las Flores, donde llegaba la punta de rieles, y abandona por fin el caballo para subirse al llamante ferrocarril.
Llega por fin a Buenos Aires y avisa de inmediato al Ministerio de Guerra: "Se avecina el malón más grande que se recuerde". Pero, como sucedería tantas otras veces, la burocracia y las autoridades no reaccionan con la seriedad que reclama el caso. Algunos hasta toman con soma el aviso de Moreno, y llegan a humillarlo con un comentario: "No te creen, dicen que son cosas de muchacho que llega asustado".
Es realmente una burla decirle eso a Moreno, cuya determinación y esfuerzo personal rayan en la temeridad, y que vuelve de haber afrontado riesgos y situaciones que ningún otro hombre blanco de la época ha conocido.
Tres días después caería sobre Tandil el malón más sangriento y costoso en la historia de la lucha contra los indios en la Argentina. Centenares de personas muertas, la ciudad semidestruida y cientos de miles de cabezas de ganado robadas fueron los números de la tragedia que Moreno había anticipado en su primer viaje épico hacia las tierras desconocidas del Sur.
La desilusión personal es muy grande. Pero más fuerte era la vocación de recorrer y descubrir territorios. Y puesto que aún no era el momento de proseguir con las recorridas por los alrededores del lago Nahuel Huapi, porque los indios dominaban ampliamente la región, Moreno concibe nuevas metas, aún más ambicionas, para el futuro inmediato. El verano siguiente será la ocasión para dirigir sus pasos hacia el extremo sur, hacia la Patagonia que ni el propio Darwin pudo vislumbrar, por no haber podido llegar hasta sus fondos cordilleranos.
DEL SANTA CRUZ AL FITZ ROY
Al joven Moreno lo carcome la impaciencia. Propone entonces una meta ambiciosa al gobierno argentino: remontar el río Santa Cruz y explorar la cordillera en esa región, totalmente desconocida hasta ese momento.
El gobierno da su aprobación al proyecto, pese a que muchos lo consideraban descabellado, y pone a disposición de Moreno un bote para remontar el río, dos marineros y un grumete. Junto con ellos, Moreno se embarca rumbo al sur en la goleta Santa Cruz, el 20 de octubre de 1876. Apenas han pasado unos pocos meses desde su accidentado retorno de Nahuel Huapi y ya se encamina rumbo a otro recorrido épico, quizá el más audaz y rico en descubrimientos y confirmaciones para la larga carrera de científico y hombre de Estado que se forja día a día en el terreno y la soledad de la Patagonia. En la goleta Santa Cruz se produce el encuentro de quienes serán, con el presidente Roca, las tres figuras claves de la Patagonia argentina. Por un lado Moreno, joven explorador; por el otro, el capitán Luis Piedrabuena, el legendario marino del Sur cuya fama ha trascendido los mares porque ha cumplido mil proezas y ha rescatado a náufragos de las grandes tragedias del Atlántico Sud.
Como no podía ser de otro modo, Moreno simpatiza de inmediato con Piedrabuena. Lo admira por su modestia y experiencia y así lo anota en su cuaderno de viaje: "Algún día se escribirá la biografía de este bravo y modesto compatriota. Su nombre se halla estampado en las relaciones de viaje que de veinte años a esta parte se han publicado tratando de las costas patagónicas; sus auxilios a los náufragos le han merecido honrosas distinciones de los gobiernos europeos y en esas regiones ha prestado más servicios a la humanidad que muchos de los buques de guerra europeos que cruzan tan tempestuosos parajes".
En el viaje, Piedrabuena lo ilustra sobre la región del río Santa Cruz. Allí, en la isla Pavón, está el refugio del veterano lobo de mar. Y ese será el punto de arranque para la gran odisea de Moreno rumbo a los Andes. El 15 de enero de 1877, Moreno se despide solemnemente de sus amigos de la isla Pavón y pone rumbo a la cordillera, eligiendo remontar el río por la ribera norte.
El viaje hacia el oeste es duro y penoso. Moreno y sus acompañantes deben remontar el caudaloso río Santa Cruz en un bote arrastrado por "la sirga", es decir, con caballos que lo remolcan desde las orillas. Pero sucede que el río tiene infinitos meandros, por lo cual la marcha es extremadamente lenta y dificultosa. Pero Moreno aprovecha la lentitud para convertirla en una oportunidad de observación permanente. Encuentra restos fósiles, confirma los efectos de las lejanas (o cercanas, según se mire) glaciaciones, detecta, casi premonitoriamente, que en el subsuelo debe haber gas combustible, describe la fauna patagónica, y anota todo lo que le llama la atención en el comportamiento de las escasas poblaciones tehuelches, mucho menos belicosas de las tribus del norte patagónico.
Viaja con la guía de las anotaciones de Darwin de 1834 y con los relatos del subteniente Valentín Feilberg, que con la goleta argentina "Chubut" logró la proeza de llegar, en 1873, tres años antes, a un gran lago en las nacientes del Santa Cruz. Ese es el imán que atrae a Moreno, la imagen que no pudieron ver Darwin y Fitz Roy. El 10 de febrero, el pequeño grupo llega al punto en el cual Fitz Roy ordenó abandonar la exploración y volver al Atlántico. Es la denominada por Darwin "Llanura del misterio", desde donde se divisan ya los contrafuertes andinos y la mole negruzca del cerro que Fitz Roy llama "Castle Hill" o Cerro Castillo.
Moreno intuye que el gran lago no está lejos y redobla sus esfuerzos para llegar hasta una altura desde la cual se abra, por fin, la vista de todo el fondo cordillerano. El gran día será el 13 de febrero, 29 días después de haber arrancado desde la isla Pavón, y más de cuatro meses después de la salida de Buenos Aires.
En su cuaderno de viajes, Moreno refleja a la perfección la importancia del momento. Está subiendo unos médanos a caballo y adivina que lago no está lejos. Y escribe: "Pero ya no dirijo mi atención a las cosas de los médanos. El aire ha refrescado; hay olor a agua y un ruido cercano halagador en extremo y que revela olas que baten contra las rocas me hace olvidar de todo lo anterior. Nada puede expresar mi entusiasmo en estos momentos. Trepo la oleada de arena y encuentro al grandioso lago que ostenta toda su grandeza hacia el oeste. Es un espectáculo impagable y comprendo que no merece siquiera mención lo que hemos trabajado para presenciarlo; todo lo olvido ante él".
Sólo visto antes por el subteniente Feilberg, el lago carece aún de denominación. Y con alma de descubridor, Moreno decide allí mismo bautizarlo con el nombre que simboliza su sentimiento patriótico: lo denomina lago Argentino. Y ese será el primero de los varios grandes bautismos con que Moreno jalonará sus descubrimientos de los días que siguen.
EL LAGO SAN MARTIN
Con ánimos renovados tras llegar al lago Argentino y distinguir nítidamente la cordillera nevada, Moreno decide profundizar su exploración remontando el río que identifica de inmediato como "el que Viedma vio salir del lago que lleva su nombre".
Como siempre, tras acampar en un lugar, Moreno iniciaba largas recorridas a caballo para ubicar bien la topografía del lugar y encontrar un lugar elevado para apreciar mejor la geografía. No le quedan dudas de que ese río que baja desde el norte "con mayor velocidad de descenso que el Santa Cruz" debe provenir del lago Viedma y se lanza a reconocerlo, continuando así la expedición con rumbo a lo desconocido.
Serán casi dos meses de deslumbramiento ante la inmensidad patagónica; de recolección de muestras fósiles y vestigios del pasado indígena, incluida una valiosa momia que aún se conserva en el museo de La Plata; de comparación de la observación del comportamiento de los guanacos frente a los relatos de Darwin y D’Orbigny; de paciente elaboración de un vocabulario castellano-tehuelche, y de predicciones sobre el futuro de esa región desolada a la que Moreno ya imagina como un patrimonio extraordinario del país, especialmente por la importancia de sus grandes lagos y la majestuosidad de las montañas que los rodean.
Tras varias jornadas a caballo rumbo al norte llega a la cuenca del río Shehuen y por allí se desvía hacía el oeste, adivinando quizá lo que va a descubrir, y ayudado por los indicios que le brindan algunos indios tehuelches con los que traba buena relación. El 27 de febrero, tras almorzar un pequeño ñandú cazado en el lugar -Moreno descubre allí que en el sur patagónico hay una variedad más pequeña del Rhea Darwinni o ñandú americano, que en la zona llaman "choique"- el grupo alcanza la parte superior de unas lomadas y desde allí, como tantas otras veces en las exploraciones de Moreno, se abre repentinamente el horizonte y brinda una imagen extraordinaria: un gran lago de color verde esmeralda, cuyos brazos se pierden entre innumerables recovecos del fondo cordillerano, con sus altas cumbres cubiertas de nieve y glaciares.
Moreno sabe que, a excepción de los indios, ningún hombre blanco ha llegado jamás tan lejos y tan adentro de los Andes patagónicos. Escribe de inmediato sus sensaciones: "Todo es distinto aquí, y en vano se buscaría la planicie y los médanos que preceden al lago Argentino. Este es un paisaje de los Alpes, pero triste, desconocido, sin nombre. La civilización no lo conoce aún y es necesario buscarle un nombre. Llamémosle lago San Martín, pues sus aguas bajan de la maciza base de los Andes, único pedestal digno de soportar la figura heroica del gran guerrero".
Años más tarde, cuando la división de limites entre la Argentina y Chile establece que ese enorme lago de accidentada forma desagua al Atlántico y al Pacifico, la frontera pasará por la mitad de varios de sus brazos que descienden de glaciares. Como lago binacional llevará dos nombres y puesto que de lado argentino se llama San Martín tras el bautismo de Moreno, del lado chileno se llamará O’Higgins, el nombre del máximo héroe de Chile y compañero San Martín en la lucha de independencia contra España. Llega la madrugada del 28 de febrero y el tiempo favorece la permanencia de Moreno en los bordes del lago San Martín. Hay luna llena y la luz se refleja, brillante, en el enorme espejo de agua y en los témpanos que surcan el centro del lago, alejándose de los glaciares de los que provienen.
Moreno describe en términos más admirativos que nunca ese panorama sin igual: "Ni las imponentes masas pétreas que rodean el Nahuel Huapi, donde alza su cráter helado el intranquilo Tronador; ni los rápidos del Limay, dominados por las lavas y los cipreses; ni los bosques de araucarias que bajan de verdura las bases del Quetropillán; ni los rientes valles del norte, en Catamarca, al pie del Aconquija, son comparables, según mi modo de ver, con este rincón de tierra donde el fuego y el agua antigua han elevado estas montañas atrevidas, y donde el fuego y el agua moderna han labrado cráteres y lagos a cuál más grandioso".
Esa vista inagotable marca el momento de retornar hacia el sur. Quedan pocas provisiones en el campamento "y aún nos falta visitar el lago Viedma", dice Moreno a sus acompañantes, alistando los caballos para volver hacia el sudoeste, subiendo por las colinas que separan el valle de las cuencas del San Martín y del Viedma.
EL "VOLCÁN" FITZ ROY
Y la afirmación vale pese a que su estatura de explorador debía compararse por aquellos años con algunos predecesores ilustres de la talla de Charles Darwin, del francés Alcide D’Orbigny, del británico George Chaworth Musters o del jesuita Niccoló Mascardi, por mencionar a los principales nombres de una coda lista de descubridores del fin del continente americano, tantas veces comparado, con razón, con el fin del mundo conocido.
Desde muy temprana edad, Moreno se equipara a esos pioneros con viajes y observaciones de notable alcance. Pero su dimensión personal fuera de lo común se irá agigantando con el tiempo porque Moreno no fue sólo el aventurero y el científico con salud de hierro y desprecio por el peligro; fue en realidad una multitud de personas a la vez, capaz de asumir tantos roles como fuera necesario y guiado siempre por el afán del admirador de una Patagonia a la que le adivinó el alma y la esencia con la sensibilidad que no tuvo Darwin, que sólo vio allí una "tierra maldita" por la aridez y la desolación de las interminables mesetas.
Moreno comenzó recorriendo los caminos de Darwin. Utilizó, incluso, como guía para uno de sus grandes viajes el relato pormenorizado del naturalista británico, que había remontado el río Santa Cruz en 1834. Pero el alcance de la mirada de Moreno fue ilimitado. Lo sintetiza bien una de sus primeras definiciones al recorrer, con ojos de descubridor, los primeros escenarios patagónicos en su viaje inaugural al sur: "Después de examinar el yacimiento fosilífero de Punta Alta descubierto por Darwin, y acompañado por dos muchachos indígenas, me dirigí a Nueva Roma, último destacamento fronterizo. Hermoso porvenir tienen aquellos parajes ocultos bajo el aspecto árido que le dan sus salitrales, sus médanos y sus matorrales espinosos. Ansío para esos lugares, una escuela donde se aprenda a aprovecharlos". (Reminiscencias del Perito Moreno, págs. 26-27, Ed. Elefante Blanco, 1997).
Tal como se ve en la fuerte imagen que nos devuelve la clásica foto de Moreno ya viejo y en traje de hombre de ciudad, sus ojos transmiten su fuerza para retener las distancias, los ríos, las montañas, los lagos o los desiertos y transformarlos en un compromiso absoluto con esa Patagonia que le atrapó los sentidos.
Un hombre múltiple, como sólo pudieron serlo durante aquella etapa fundacional de la Argentina, que también se colocaba en la línea de los grandes humanistas de todos los tiempos: naturalista, caminante, aventurero, científico, geógrafo, escritor, fotógrafo, diplomático, estadista, educador, filántropo. En la Argentina se lo recuerda, ante todo, como el Perito Moreno, un título, que ganó gracias a su formidable tarea de negociador frente a Chile en la larga disputa por los límites fronterizos, que concluyó con el arbitraje de la Corona británica de 1902, y que dio largamente razón a Moreno por la contundencia de sus argumentos geográficos, históricos y científicos. Siempre guiado por esa mezcla de sentimiento poéticos y poéticos al mismo tiempo que eran una suerte de ideología misteriosa que unió a los grandes nombres ilustres de la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX -los Sarmiento, Mitre, Alberdi, Roca, Avellaneda- para producir una conjunción extraña y transformadora, capaz de cambiar totalmente al país en pocos años y convertirlo, de una nación pobre y sin destino del poscolonialismo español en una de las grandes promesas de prosperidad y modernismo al llegar al primer centenario de vida como nación independiente, en 1910.
A esa estirpe pertenecía Moreno. Pero si muchos de sus pares de la época dieron sus batallas en ministerios, legislaturas, presidencias o en los centros del poder mundial del siglo XIX, Moreno sería el hombre de los espacios desconocidos, de lo inexplorado, del gran futuro del país y de la región. Y, en verdad, del futuro del hombre en general, porque en su visión de extraordinaria anticipación, Moreno supo ver antes que nadie que por amplia que fuera la Patagonia, era necesario preservar la naturaleza para el futuro creando parques nacionales para evitar el abuso humano, y transmitiendo, ante todo, la idea del respeto a los árboles, a las montañas y a los pobladores naturales de esos territorios, que sufrirían el embate inevitable de los nuevos colonizadores. Fue un ecologista antes de que se inventara la palabra. Y lo llevó a la práctica donando todo lo que tenía para que se creara, en lo que hoy es Bariloche, el primer parque nacional argentino, símbolo del respeto y la preservación de la naturaleza por la cual Moreno había comenzado a trabajar, quizá sin darse cuenta, desde los primeros años de su infancia.
*fotos que ilustran la generación del ochenta
*Ley 1420 Educación pública , laica libre y gratuita.
*Juan Bautista Alberdi - estadista
*Se promulga ley de matrimonio civil
PRESO DE LOS INDIOS
Su sed de viajes y descubrimientos se agiganta aún más después de esa confirmación extraordinaria en la larga temporada en la Patagonia más austral. Y decide volver a la región de Bariloche, para explorar como corresponde la zona del lago Nahuel Huapi, que sigue siendo virtualmente desconocido para la Argentina y el mundo en general. Moreno usa siempre ese nombre original para el gran lago, mencionado así en los relatos de los jesuitas que reconocieron la zona con el infortunado padre Mascardi en el siglo XVII. Los indios del siglo XIX, en cambio, lo llaman Tequel Malal o Strectialafquen, según los casos.
Pese a que su sensibilidad de hombre de montaña lo hizo vislumbrar en los lagos Argentino, Viedma y San Martín paisajes inigualables, la majestuosidad del Nahuel Huapi también lo atrae con fuerza irresistible. Y mientras terminaba la redacción de su libro Un viaje a la Patagonia austral, que seria publicado por la imprenta del diario La Nación a fines del 1879, Moreno concibe una nueva exploración más ambiciosa a la región del Nahuel Huapi y alrededores.
Allí comenzará otro viaje épico de Moreno, caracterizado por nuevos descubrimientos en la región de Esquel, el valle del río Chubut y el sur del Nahuel Huapi, pero, sobre todo, por el peligroso episodio en el cual estuvo cerca de perder la vida, al ser capturado por los indios, con ánimo de revancha por la guerra del hombre blanco, y de los que sólo lograría escapar con una audacia y resistencia sin límites. Astutamente, sabiendo que el poderoso cacique Shaihueque aún dominaba ampliamente la zona de las manzanas, es decir los valles al norte de Nahuel Huapi, Moreno decide comenzar su exploración de sur a norte, remontando primero el valle del río Chubut y explorando los valles de Esquel, del lago Cholila y de los lagos al sur de Bariloche. Sin embargo, en distintos encuentros con grupos indígenas, es advertido de que los ánimos están caldeados, y Moreno hace entonces un cálculo arriesgado: avanzar hasta el Nahuel Huapi y, si era atacado por indios hostiles, tratar de cruzar hacia el Pacífico por el famoso paso Bariloche.
Pero una avanzada de los hombres de Shaihueque lo sorprende acampando en la ribera sur del Nahuel Huapi y lo toman prisionero para llevarlo, como rehén, a los toldos de Caleufu, donde lo juzgaría Shaihueque y su consejo de guerra.
Si bien los indios respetaban a Moreno, que se había ganado el prestigio de hombre conocedor y valiente, también sabían que sería el rehén ideal para un canje por prisioneros indígenas capturados por el ejército argentino al mando del general Conrado Villegas. Shaihueque, incluso, tenía hasta cierto aprecio por el joven científico, al que llamaba "compadre". Y todos los indios temían particularmente el instrumento al que mencionaban como un "arma secreta" de Moreno: su teodolito.
Pero el consejo de guerra se muestra muy amenazante. Varias veces se menciona que Moreno debe morir, y muchos parientes de indios muertos o prisioneros claman por la venganza en la persona de Moreno. Shaihueque, que se resiste a dar la orden de matar, decide esperar el paso de la "Rogativa", una fiesta de varios días en los que se harán ruegos especiales a los espíritus. Moreno sabe que esos serán días de bailes y borracheras sin fin y planifica su única salida: una evasión bajando, sobre troncos, por las aguas del río Collón Cura.
En la madrugada del 12 de febrero de 1880, Moreno aprovecha la borrachera de los indios para alejarse de los toldos en un caballo atrapado en plena noche, borrando las huellas con un poncho que ata a la cola del caballo para que se arrastre por el suelo. Así gana las pocas horas necesarias para llegar a la margen del río Collón Cura y atar varias gruesas ramas de sauce para construir una precaria balsa con la cual intentar la desesperada huida.
El plan funciona a la perfección. Cuando los indios advierten que Moreno y sus dos acompañantes no están, una enorme gritería da la orden de búsqueda, pero Moreno ya está en el agua y bajando con la fuerza del poderoso río, que varias veces los coloca al borde del naufragio en esa navegación a oscuras y sin timón alguno. Al día siguiente, la llegada al río Limay les permite avizorar la libertad definitiva. Sin alimentos, Moreno y sus hombres están al borde del desfallecimiento. Caminan por las riberas del Limay, ya cerca del Neuquén hasta que avistan una columna de humo que puede ser de la avanzada militar argentina. Con las pocas balas que le quedaban en su revólver, Moreno dispara al aire. Una patrulla viene a buscarlos desde el otro lado del río. Preguntan: "¿Quién vive?" Casi al borde de sus fuerzas, llega la respuesta: "Moreno, escapado de los toldos".
El encuentro es la salvación. Moreno repone fuerzas, recibe caballos frescos y se encamina de retomo a Buenos Aires. Una vez más, otro viaje novelesco concluye felizmente.
EL HOMBRE DE ESTADO
Lo que no marcha por los carriles previstos es la actitud del gobierno argentino. Cuando Moreno llega a Buenos Aires, dueño de actos y peripecias inigualables, sufre el mal trago de enterarse de que ha sido destituido de su misión. Para la burocracia del Ministerio del Interior, ¡no había dado señales de vida de la exploración encomendada!
Nadie parece tomar en cuenta que Moreno había estado preso y al borde de perder la vida. tampoco parece interesar demasiado lo que el explorador tiene para contar Moreno cumple, de todos modos, con la misión de entregar el informe de su expedición, y abandona cualquier contacto con el gobierno para dedicarse a clasificar sus innumerables piezas de colección, puesto que ya sueña con el gran museo de ciencias naturales que quiere dejar para el país. Luego emprende su primer viaje a Europa para compartir allí, con mentes más abiertas a los descubrimientos, las innumerables novedades científicas que guarda en sus cuadernos de apuntes.
Al retornar al país, sin embargo, decide dar la batalla contra la incomprensión de la burocracia con un recurso ya tan válido a fines del siglo XIX como lo será en el siglo XX o en el XXI: hacer una denuncia pública por medio de un diario.
Así, en enero de 1883, decide enviar a su amigo el ex presidente Bartolomé Mitre una serie de tres cartas sucesivas en las cuales brinda el detalle completo de su reconocimiento del lago Nahuel Huapi y alrededores. Allí le explica que su informe ha quedado oculto en el Ministerio del Interior desde 1880 y que nadie parece interesarse en la importancia de la región descubierta. Y le dice textualmente a Mitre: "Tres años han transcurrido desde mi última visita al gran lago. No veo la menor mención a estas expediciones y en mucho lo atribuyo al silencio que ha cubierto mi extenso informe al Ministerio del Interior, que no ha sido aún publicado, pese al decreto de "publíquese", cubriéndolo el mismo espeso velo que la anterior administración echó sobre mi misión oficial a las tierras australes. Le envío mis croquis de viaje, publíquelos en La Nación".
De inmediato, Mitre le brinda la ayuda que será fundamental para su futuro. Asombrado por lo que lee, el fundador y director del diario decide publicarlo por entregas, con dibujos y diagramas, desde la primera página de La Nación.
El impacto será concluyente. El presidente de la nación, Julio A. Roca, reacciona de inmediato y ordena reparar el error. Moreno pasará entonces a ocupar el nuevo papel de hombre de Estado. Lo esperan los largos años de las negociaciones con Chile, las exploraciones necesarias para definir exactamente los límites geográficos y la tarea de perito argentino para el arbitraje británico de 1902 que dio la palabra definitiva, apoyándose en gran medida en las informaciones y los conocimientos sin igual del Dr. Francisco "Pancho" Moreno.
También en la tarea de diplomático y negociador Moreno se mostrará tan hábil, astuto e incansable como cuando recorre los territorios vírgenes a pie o a caballo. Siempre lo guía un principio esencial: convencer con paciencia y con el aporte de datos incuestionables. Así, decide instalarse durante meses en Santiago de Chile, para dialogar con los hombres de Estado de Chile, ya que Moreno no quiere enfrentamientos sino acuerdos correctos sobre las bases incuestionables del tratado de 1881 que establece que la cordillera y su geografía será el limite natural entre ambos países.
Cruza a Chile a su manera. Con toda su familia, a lomo de muía, por las alturas del paso de Uspallata, en Mendoza. Y se instala en Santiago, donde lo espera, sin embargo, una desgracia familiar: su joven esposa muere de una repentina infección, dejándolo solo y a cargo de cuatro hijos. Moreno redobla, sin embargo, su compromiso con la patria. Continúa las exploraciones por toda la cordillera, desde el límite con Bolivia hasta el sur patagónico; describe las líneas de cumbre y las divisorias de aguas; funda el Museo de La Plata; organiza misiones de exploración cada vez más avanzadas, para las que re-cinta a hombres de ciencia de alto valor: Clemente Onelli, Rolf Hauthal, Ludovico von Platten, Emilio Frey.
Por fin, con sus hijos en edad escolar, se radica por largo tiempo en Londres, donde concentrará sus esfuerzos en pos de obtener el mejor laudo posible por parte de los expertos británicos, comandados por el coronel sir Thomas Holdich.
Y así como en 1883 Moreno supo advertir la importancia decisiva de dar difusión pública a sus trabajos, ahora sabe que conviene a la posición argentina dar a conocer a la comunidad científica europea todo lo posible sobre el lejano, misterioso y ya mítico territorio de la Patagonia. Desde que la llegada de la fotografía le había dado un argumento adicional extraordinario para sus explicaciones, Moreno comenzó a construir un archivo fotográfico como el que nadie poseía en el mundo.
A mediados de 1899, una gran exposición de esas fotos, acompañada por dos notables conferencias en la sede central de la Royal Geographical Society en Londres el 29 de mayo y el 2 de junio de ese año, marcarán un hito excepcional para la difusión mundial de los secretos en la Patagonia. Moreno se confirma allí a nivel mundial como el gran especialista de la Patagonia. En sus conferencias en la RGS es presentado por el mayor Darwin, hijo del gran naturalista, y es nombrado miembro correspondiente de la célebre institución inglesa, como también de las academias de Ciencias de Francia y de Italia. Cuando en 1902 se conoce finalmente el laudo británico, firmado por el rey Eduardo VII, el jefe de los expertos británicos, sir Thomas Holdich, reconoce que "todo lo que obtuvo la Argentina se debe a la tarea de Moreno".
EL FILÁNTROPO
Desde el laudo en adelante, Moreno ve llegada la hora de su gran tarea final. Como Sarmiento, cree que la educación es lo esencial. Y lo preocupa, sobre todo, la dificultad de transmitir los conocimientos a los sectores más pobres. Así, con donaciones que van consumiendo todo su patrimonio personal, desarrolla las primeras escuelas para chicos sin posibilidades, donde hasta ofrece comida para que no dejen de asistir a clases.
Con lo que le pagó el gobierno por su tarea de perito -miles de hectáreas en las riberas del lago Nahuel Huapi- decide adoptar una iniciativa pionera: devolverlo al Estado en donación para crear allí el primer parque nacional de la Argentina.
Y con todos los vestigios arqueológicos y paleontológicos recogidos en sus viajes se configura la base del museo de La Plata que, a comienzos del siglo XX, goza ya de una gran fama mundial. Sólo lo atribuía una preocupación insoluble. No advierte en sus contemporáneos el afán de descubrimiento y civilización con el que soñaba él mismo al explorar los enormes territorios patagónicos. Le duele la pequeñez humana y la concentración de los políticos en cuestiones de escaso nivel.
Moreno soñaba con ferrocarriles cruzando las mesetas patagónicas, con barcos por los ríos y los grandes lagos, con pueblos pujantes al pie de la Cordillera.
Y se sorprendería, probablemente, si resucitara y remontara hoy, por ejemplo, el río Santa Cruz, para encontrarlo casi tal como en 1877.
O, quizá, se diría filosóficamente a sí mismo: en el fondo, mejor así. La Patagonia, gracias a Dios, sigue casi incontaminada en gran parte de su territori
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Dès son jeune âge, Moreno est assimilée à ces pionniers de voyager et d’observations de portée remarquable. Mais la dimension personnelle est inhabituel va limites avec le temps, car Moreno était non seulement l’aventurier et scientifique de la santé avec le fer et le mépris du danger, était en réalité une foule de gens à un moment, en mesure d’assumer de nombreux rôlesque nécessaire et toujours guidé par le zèle d’un admirateur de la Patagonie à laquelle il a deviné l’âme et l’essence avec la sensibilité qui n’était pas Darwin, il y avait seulement une «terre maudite» par l’aridité et la désolation d’une infinie plateaux.
Moreno a commencé à voyager sur les routes de Darwin. Même utilisé comme un guide pour l’un de ses grands voyages en compte détaillée du naturaliste britannique, qui avait tracé la rivière Santa Cruz en 1834. Mais dans la mesure du regard de Moreno était illimitée. Il résume ainsi l’une des premières définitions d’aller, avec les yeux de la découverte, la première étape de son voyage inaugural de Patagonie du sud: "Après avoir examiné les gisements de fossiles de Punta Alta découverte par Darwin, et accompagné de deux garçons indiens, je suis allé Nouvelle Rome, l’avant-poste frontière dernier. futures Hermoso sont ces endroits cachés sous l’apparence qui donnent leur salines arides, ses dunes et de buissons épineux. J’aspire à ces endroits, une école où ils apprennent à les utiliser. " (Réminiscences de le Perito Moreno, pages. 26-27, Ed White Elephant, 1997).
Comme vu dans l’image forte qui ramène la photo classique de Moreno ancien et dans le costume homme de la ville, ses yeux transmettre sa force de tenir l’écart, les rivières, les montagnes, les lacs ou les déserts et les transformer en engagement absolu à la Patagonie qui a attiré les sens.
Homme multiple, ce qui pouvait être seulement pour l’étape de la fondation de l’Argentine, qui a aussi était dans la ligne de grands humanistes de tous les temps: naturaliste, voyageur, aventurier, scientifique, géographe, écrivain, photographe, diplomate, homme d’Etat, éducatrice, philanthrope. En Argentine, on se souvient surtout comme le Perito Moreno, un titre qu’il a gagné grâce à la formidable tâche de négocier contre le Chili dans le différend de longue plus les lignes de démarcation, qui a conclu avec l’arbitrage de la Couronne britannique, 1902 , et enfin a donné raison à Moreno par la force des ses arguments géographiques, historiques et scientifiques. Toujours guidé par le mélange de sentiment poétique et poétique en même temps, ils étaient une sorte d’idéologie mystérieuse rejoint les grands noms illustres de l’Argentine dans la seconde moitié du XIXe siècle, le Sarmiento, Mitre, Alberdi, rock, Avellaneda-pourproduire une combinaison étrange et transformatrice, capable de changer complètement le pays dans quelques années, et tourner dans un pays pauvre sans destin du post-colonialisme et l’espagnol dans l’une des grandes promesses de prospérité et de modernisme pour atteindre le premier siècle de la vie comme une nation indépendante en 1910.
Moreno appartenaient à cette race. Mais si beaucoup de ses pairs au moment donné de leurs batailles dans les ministères, les assemblées législatives, ou les présidents des centres de pouvoir du monde du XIXe siècle, Moreno serait l’homme des espaces inconnus de l’inexploré, le grand avenir du pays et lerégion. Et en effet, l’avenir de l’homme en général, parce que, en prévision d’une vision extraordinaire, Moreno a pu voir avant tout le monde qu’il était plus large que la Patagonie, était nécessaire pour préserver la nature pour l’avenir en créant des parcs nationaux pour prévenir les abus humains et de transmettre, avant tout, l’idée de respect pour les arbres, les montagnes et les habitants naturels de ces territoires, qui souffrent des assauts inévitables de nouveaux colons. Il était un écologiste avant que le mot a été inventé. Et il a été mis en œuvre en donnant tout ce qu’il avait d’être créé, dans ce qui est maintenant à Bariloche, en Argentine du premier parc national, un symbole de respect et de préservation de la nature par lequel Moreno avait commencé à travailler, peut-être par inadvertance compte dès les premières années de son enfance.
Début naturelles
Né à Buenos Aires le 31 mai 1852, Francisco Moreno Pascasio venu dans le monde au sein d’une famille aisée et des relations étroites avec le monde de la politique. Son père, Francisco Moreno Facundo, la fortune et l’homme éclairé, incarné par les libéraux et, contrairement au dictateur de l’époque, Juan Manuel de Rosas, dont le gouvernement avait forcé beaucoup de s’exiler en Uruguay, en Argentine. Parmi eux se trouvait M. Moreno père, qui a partagé ces années d’exil avec des figures telles que Mitre, Sarmiento, Echeverría et beaucoup d’autres noms qui jouent un rôle clé dans la nouvelle phase débuterait après la défaite de l’Argentine de Rosas à la bataille de Caseros, en Février 1852.
La famille Moreno retourné en Argentine quelques jours après la charnière du XIXe siècle historique pour l’Argentine et quelques mois après le premier fils né de Francisco et Juana Moreno Facundo Thwaites, l’Argentine, la fille d’un militaire britannique basé à Buenos Aires après la l’échec de l’invasion anglaise de 1806 et 1807.
Dès le début, Moreno a montré un goût inhabituel pour la nature et le reste parlions du passé géologique. Sur les voyages vers les rives de la rivière, surtout dans une longue saison chez des proches à Chascomús, qui lui a permis de sortir de l’épidémie de fièvre jaune dans ces années-là, la précocité Moreno a commencé à recueillir les os et les restes de la vie végétale ou animale dans ce qui apparaissait comme une vocation naturelle, qui a été nourri et encouragé par son père.
Dans la région de la province de Buenos Aires, sa recherche de vestiges du passé augmente leur curiosité pour l’exploration.Sens vers le sud, où très peu de risque, d’un continent vierge doivent réserver des conclusions particulières.
A 15 ans, Moreno a été si important et une collection de restes squelettiques et certains fossiles que son père lui a donné d’inviter un ancien président Sarmiento à visiter se trouve le musée jeune naturaliste. Immédiatement, Sarmiento a dit que c’était un cas exceptionnel. Et il a donné de précieux conseils: «Vous devez présenter votre enfant à l’Burmeister médecin."
Burmeister Germain, chercheur et naturaliste allemand, était arrivé dans le pays, comme beaucoup d’autres grands éducateurs, établi par Sarmiento à occuper une place clé dans les institutions culturelles de l’Argentine. Avec grand intérêt, a examiné les pièces de la collection de Moreno et trouve même une espèce rare de tatou pour lequel a recommandé la classification scientifique originale, sous le nom de Dasypus Moreni.
Rejoindre son conseil à l’naturaliste belge Edward Van Beneden, Burmeister Moreno encourage les jeunes à envoyer en France un compte rendu de ses travaux le célèbre scientifique français Paul Brocca, le découvreur des différences entre les hémisphères cérébraux, qui non seulement prend note de cesconnaissances de la lointaine Amérique du Sud, mais a commencé une correspondance longue et fructueuse avec Moreno, qui a ouvert pour l’avenir, peuvent le monde scientifique européen. Alors Moreno a ajouté à sa multi-activités dans le domaine des études, des contacts étroits avec le monde avancé, de faire connaître ce que ses yeux et ses explorations découvert.
Burmeister a également été le premier a confirmé Moreno recours extraordinaire scientifiques au-delà attendus dans le Sud. Sans même avoir voyagé, Burmeister avaient entendu parler de l’importance géologique et paléontologique de la Patagonie par les récits et les témoignages donnés par un jeune esprit scientifique militaire, le colonel Luis Fontana, qui dans leurs incursions dans ce qui est maintenant le nord Patagonie avait apporté de nombreux vestiges du passé.
Lorsque Fontana Moreno a conduit le naturaliste dans la formation et savait que son avenir était réglé. Sud devraient quitter le pays à la recherche de l’inconnu.
Votre premier voyage
Avec seulement 21 ans, Francisco P. Moreno, qui, avec un groupe d’amateurs de science venait de fonder la Société scientifique de l’Argentine, a décidé de se lancer dans l’exploration du Sud mystérieux.
Navigué à El Carmen, le port sur la rive nord de la rivière Noire, et au milieu de la Patagonie. Voyage avec le Belge Van Beneden, qui l’encourage à prendre des notes pour les travaux scientifiques futurs. Là, il a commencé son habitude de voyager avec le strict minimum, qui comprenait un sac pour ramasser des os et des fossiles, un cahier pour enregistrer le soigneusement enregistrées, et un revolver Smith & Wesson pour faire face à l’imprévisible. Une petite équipe qui ensuite ajouter un poncho pour garder au chaud, et toujours quelques boîtes de conserve de foie gras, en mesure d’atténuer les difficultés dans de nombreux moments extrêmes qui touchent votre vie à errer dans la Patagonie.
Dans l’exploration d’un territoire sans loi ou les règlements de toute nature, immédiatement apparent Moreno être essentielle pour maintenir de bonnes relations avec les Indiens qui occupent ces vastes espaces. Et ainsi commence une longue histoire de contacts personnels avec les fluides principaux chefs indiens, les chefs Patagonie Shaihueque, Foyel Inacayal et bien d’autres qui, non seulement le respecter comme un homme courageux et savent qu’il va fournir des données et des secrets précieux pour faire défiler les vallées, cols d’accès et de transmettre des connaissances beaucoup plus d’origine légendaire Moreno aider à construire son énorme puzzle intellectuel, avec lequel il a décrit comme l’un en Argentine et dans le monde jusque-là, la zone géographique la Patagonie, géologiques et orographiques.
Au retour de ce premier voyage en Patagonie, Moreno reste classifie tous géologiques, paléontologiques et archéologiques recueillies dans les rives du fleuve Colorado et noir et un rapport complet envoyé à la France, où le scientifique Paul Brocca obtenir ravis de ces développements et les a publiées 1874 dans la Revue d’Anthropologie un travail complet détaillant les résultats de l’Argentine, jeune naturaliste. Moreno a commencé à façonner une vision globale de la Patagonie avec l’arme la plus redoutable qui utilisent toujours: la connaissance, de nouvelles données, l’information soumise aux recours.
Rejoint sa quête d’explorer la conviction patriotique d’ouvrir les horizons du pays inconnus aux frontières. Dans tous ses écrits sont mélangés de façon permanente des descriptions scientifiques, les préoccupations au sujet du différend frontalier avec le Chili et l’anxiété envisager un avenir de prospérité et de développement dans ces déserts, où il imagine un énorme potentiel pour une utilisation économique, aujourd’hui encore, plus de cent ans plus tard, reste un défi dans l’Argentine du XXIe siècle.
Il perturbe grandement le conflit latent avec le Chili. Et c’est ainsi qu’elle décrit dans son récit de ses premiers voyages:. "Le différend frontalier avec le Chili a été agité tous les jours et les réclamations de ce pays ont été étendues à l’ensemble de la Patagonie ignorance des Argentins sur les territoires a été, nous pouvons dire ajoute-il. En revanche, exploré l’ouest du Chili andine vers l’ouest et de leurs populations dans le Sud, étaient en possession de Magellan et les actes de compétence faite à Santa Cruz, avec une diminution de nos droits. "
Leur perception de la gravité du conflit frontalier est exacerbée au cours de son second voyage en Patagonie, à l’été 1874, quand Martin Guerrico accompagne le commandant, qui était aux commandes du brick et les chefs Rosales Colonia de Santa Cruz, dans le Santa Cruz embouchure de la rivière pour affirmer la présence de l’Argentine dans la place, où peu de temps avant il y avait eu une déclaration de possession et d’atterrissage par mer en provenance du Chili.
La vue imprenable sur l’embouchure de la rivière Santa Cruz glacier coulant nets colorés et stimule l’imagination de l’explorateur jeunes. Darwin Reader, qui avait rallié frustrés dans leurs revenus vers les montagnes, Moreno a décidé juste là dans un de ses grand voyage prochaines iront dans le milieu naturel Patagonie cette façon descendant de la Cordillère des Andes.Sens peut dire que, depuis la côte, des Andes profondes attendent leur plus grandes découvertes.
Mais avant ce raid de plus dans l’inconnu, pense que le temps de reconnaître les régions inconnues du nord de la Patagonie, de El Carmen. C’est, précisément, son premier voyage d’exploration grande vers le bas de la montagne, qui débutera avec l’ajout de découvertes géographiques de valeur extraordinaire.
VERS BARILOCHE
Il est organisé pour la saison 1875 l’été, afin de traverser toute la circonscription nord de la Patagonie à cheval et traverser vers le Chili pour un col de montagne. La mission a encouragé l’ex-président Bartolomé Mitre, qui partage sa préoccupation pour l’avenir de la Patagonie, quelque chose que peu de politiciens de l’époque qu’ils comprennent et qu’ils ne savent pas.
Mitre Moreno donne une lettre personnelle qui, venus du Chili, M. Moreno a déposé avec le ministre chilien des Affaires étrangères, Diego Barros Arana. Curieux présage: 25 ans après Moreno et Barros Arana seront les experts dans chaque pays de régler la grande question avant l’attribution arbitre anglais en 1902.
Cependant, Moreno ne pouvez pas obtenir cette fois-ci vers le Pacifique. Le voyage en Patagonie, alors dominé par les Indiens, doit être faite avec l’accord des divers chefs de chaque région.Moreno, qui apprend à traiter avec eux comme il l’avait fait pratiquement aucun homme blanc jusqu’à ce moment, connu comme un cabinet d’entrée man-show et le courage personnel de peu de mots mais respectueux de tout engagement.
Le grand chef Shaihueque-le "pommier", car elle conduit à la terre des tribus de pommes "comme elle était connue comme la vallée de la Rivière Noire, car ils avaient joué le premiers pommiers généreusement introduit Mascardi-Moreno a reçu avec les honneurs en tentes et préside un conseil des chefs de déterminer s’il convient d’accorder la permission de traverser au Chili pour un col de montagne connue pour eux. Suspectes, les Indiens décident qu’ils sont autorisés à visiter la région, mais pas de traverser les montagnes. Astucieux, les chefs préfèrent garder cette connaissance vitale comme l’un de ses plus grands secrets. Moreno montre accordée respectueux de la parole.Peut-être cette attitude vous permettra d’économiser que la vie, après, à un moment difficile contre les Indiens.
Dans la terre Shaihueque entre les vallées fluviales et Collon Cura Caleufu, qui se lient à mener ensemble, puis dans la rivière Limay, Moreno négocie la permission convoité d’aller au moins jusqu’au lac Nahuel Huapi. Observation depuis les collines environnantes, toujours avec la vision dominante du volcan Lanin dans la distance, elle pouvait voir ce lac profond a été élaboré Lacar une rivière naturelle Hum-Hua, qui se déroule dans le Pacifique, où aurait été facile à la route pour le Chili sans encombre. Mais dans ses jours dans auvents Caleufu, Moreno trouve le grand raid mené par le chef de Catriel autochtones et prévoit de réaliser un autre raid massif sur les domaines de la "Huinca" (hommes blancs) pour voler du bétail et des tout ce qui pourrait être obtenu par la force.
Moreno a alors décidé de faire les choses revenir à Buenos Aires pour avertir de ces plans de guerre. La visite du chef providentiel Quinchahuala Shaihueque les domaines conduit à de longues nuits de festivités et de conférences par des invités divers. C’est l’occasion dont il avait besoin d’expliquer pourquoi Moreno demandé la permission d’aller au lac Nahuel Huapi."Beaucoup parlé ce jour-là et serait heureux de l’opération, car avec l’aide de Quinchahuala obtenu la permission de se rendre à l’étang», explique Moreno dans son histoire. Il ajoute: «Je pense que j’ai gagné sa sympathie pour lui, l’acceptation et consommé sans réticence apparente, un plat de semoule de maïs avec du sang et de tripes premières, qui a testé mon amitié."
Shaihueque donné son autorisation pour que deux jours pour aller à la Nahuel Huapi et Moreno dos à cheval sur les crêtes des collines qui entourent le Limay monnaie jusqu’à ce que finalement le fameux et encore inconnu Nahuel Huapi. C’est Janvier 22, 1876, et son histoire mérite d’être rappelée que quand je cite: ". La magnificence de la nature augmente prodigieusement que l’on se déplace du sud Que de belles et accrocher le tableau à la périphérie de Genève l’Argentine, le plus grand en Suisse! Au bord du lac je désirais pour la première fois dans des couleurs reflétant eaux cristallines patriotiques et burent avec joie les eaux fraîches à la source du fleuve Limay j’ai regardé à l’intérieur au moment de satisfaction. Que les difficultés était plus apparent que réel, le voyage? Rien! l’esprit laïque silencieux que le bleu du lac ce jour-là, sans une trace de tempêtes antérieures. Très peu avait été l’effort d’être le premier homme blanc de l’Atlantiquevenus à cet endroit. " Dans ses notes, Moreno note que, déterminé à garder strictement à l’alliance avec Shaihueque pas plus loin à cette époque. Installation du camp sur une hausse, de rester seul pendant deux jours et de rêver à l’avenir de cette région qui vous ouvre les yeux comme une terre promise. Et il note, je cite, avant de retourner à l’engagement Shaihueque: «En prenant congé de l’étang à l’autre occasion, despejóse la colline et on m’a donné Tronador voir son top blanc."
Elle a été la touche finale à ce point de vue abord étonnés de la montagne, sans fin du nord au sud aussi loin que l’œil de Moreno, soif et les montagnes de Patagonie. Il a été consolidée découvre sa vocation et de dessiner dans votre esprit tous ces voyages ont continué pendant de nombreuses années, jusqu’à ce que presque aucun coin de la Patagonie sera inconnu.
RETOUR ET DÉCEPTION
Après plusieurs jours de festivités dans les domaines Shaihueque, où il entend Moreno rapports inquiétants sur un grand raid qui s’apprêtait à voler du bétail dans la province de Buenos Aires, le découvreur du Nahuel Huapi en Argentine a décidé de revenir à pleine vitesse à Buenos Aires de faire le point sur ce qui est préparé et capable de faire des prévisions pour cette affaire.
Le voyage de retour n’est pas facile et prend autant de fois le long du chemin étroit de l’accident qui pourrait sauver votre vie comme ça pourrait se terminer par une fin tragique et inconnus.En Chichinal, un endroit sur la rivière Noire, près de l’actuelle ville de General Roca, Moreno et son assistant rencontrent un groupe d’Indiens transportant beaucoup de chevaux. Moreno, prudent, est présenté comme un acheteur chilien de ces troupeaux volés, qui étaient la base de la traite avec les Indiens dans ces années, et le fait d’acquérir une certaine confiance pour passer la nuit avec eux. Dans les écoutilles sombres un plan audacieux: profiter de la pause pour aller galoper les chevaux d’élevage et de disperser les Indiens et de garder certains animaux rechange pour retourner au grand galop vers la frontière alors.
Le déménagement, digne d’une scène grand film est rempli comme prévu Moreno. À la stupéfaction et la réaction immédiate des Indiens avec des lances et des flèches, mais à pied, Moreno va au galop tirant son arme après avoir libéré la totalité du troupeau dans le pays. Ils sont spectaculaires et vertigineuses secondes. Pas une égratignure, Moreno a un champ libre devant et à gauche sans un groupe de chevaux indigènes à suivre.
Galloping atteint presque sans arrêt en un temps record, un peu plus d’une journée à El Carmen, sur l’Atlantique. Et de là, en deux jours, à Bahia Blanca. N’a toujours pas s’arrêter jusqu’à ce que Tres Arroyos et Tandil là, il donne un avis de la grand raid à venir.De la ville qui était presque de la ligne frontière entre l’Argentine de l’époque, Moreno continue à Las Flores, qui a atteint l’extrémité du rail, et quitte finalement le cheval à sauter sur le train de l’appelant.
Arrive enfin à Buenos Aires et en aviser immédiatement le ministère de la Guerre ", le raid se profile plus de mémoire récente." Mais comme c’est si souvent le cas, la bureaucratie et les autorités ne réagissent pas avec le sérieux qu’il exige le cas.Certains vont même jusqu’à prendre connaissance du soma avec Moreno, et viennent à l’humilier avec un commentaire: "Ne croyez pas, ils disent des choses qui viennent garçon effrayé."
C’est vraiment une parodie de dire que Moreno, dont la détermination et l’effort personnel bordant la témérité, et que les rendements ont été confrontés les risques et les situations que tout autre homme blanc de l’âge a connu.
Trois jours après le raid serait tomber sur Tandil. Sanglant et le plus coûteux de l’histoire de la lutte contre les Indiens en Argentine Des centaines de morts, à moitié détruit la ville et des centaines de milliers de bovins ont été volés numéros de la tragédie que Moreno avait anticipé dans son voyage épique d’abord dans les terres inconnues du Sud.
Le personnel est très grand déception. Mais le plus fort l’appel de voyager et de découvrir des territoires. Et comme il n’était pas encore temps pour continuer la balade autour du lac Nahuel Huapi, en grande partie parce que les Indiens ont dominé la région, Moreno voit de nouveaux objectifs, plus ambitieux encore, pour l’avenir immédiat. L’été prochain sera l’occasion de diriger leurs pas vers le sud, vers la Patagonie et Darwin lui-même pouvait discerner, pour n’avoir pas à atteindre leurs fonds Cordillère.
DE SANTA CRUZ le Fitz Roy
L’impatience rongeait les jeunes Moreno. Propose alors un objectif ambitieux, le gouvernement argentin: Santa Cruz jusqu’à la rivière et découvrir les montagnes de cette région, totalement inconnu à ce jour.
Le gouvernement donne son approbation au projet, même si beaucoup le considéraient comme fou, et Moreno propose un bateau remontant le fleuve, deux matelots et un mousse. Avec eux, Moreno navigué vers le sud sur la goélette Santa Cruz le 20 Octobre, 1876. Juste quelques mois ont passé depuis son retour robuste et Nahuel Huapi et se dirige vers une autre épopée, sans doute la plus audacieuse et riche en découvertes et des confirmations pour la longue carrière de chercheur et homme d’État qui ont forgé tous les jours dans le sol et la solitude de la Patagonie. Dans la goélette Santa Cruz est la rencontre de ceux qui, sous la présidence de Roca, les trois personnages clés de l’Argentine, la Patagonie. D’une part, Moreno jeune explorateur, d’autre part, le capitaine Luis Piedra, le marin légendaire du Sud dont la renommée a traversé les mers, car il a rempli mille actes et sauvé des naufragés des grandes tragédies de l’Atlantique Sud
Comment pourrait-il en être autrement, Moreno sympathise immédiatement avec Piedrabuena. Je l’admire pour sa modestie et de l’expérience et ainsi il écrit dans son journal de voyage: "Un jour vous allez écrire la biographie de ce brave et modeste Son nom est gravé sur les relations de voyage de vingt ans maintenant. publié essayer de la côte de Patagonie, leur aide aux naufragés ont valu des distinctions honorables et les gouvernements européens dans ces régions a fourni plus de services à l’humanité que de nombreux navires de guerre européens afin orageuses endroits de passage. "
Sur le parcours, illustré sur la rivière Piedra région de Santa Cruz. Là, sur le Pavón île, le refuge des chiens de mer vétéran. Et qui sera le point de départ pour la grande épreuve de Moreno dirige vers les Andes. Le 15 Janvier 1877, Moreno rejette ses amis solennellement Pavón île et se dirige vers les montagnes, ramasser de la rivière de la rive nord.
Le voyage dans l’Ouest est difficile et douloureux. Moreno et ses compagnons doivent surmonter la puissante rivière Santa Cruz dans un bateau dessiné par le "tow", c’est à dire, avec des chevaux qui a remorqué par les banques. Mais il arrive que les méandres de la rivière est infini, de sorte que le progrès est très lent et difficile. Mais Moreno prend du temps à se transformer en une opportunité pour une observation continue. Trouver des fossiles confirme les effets de la distance (ou à proximité, selon la façon dont vous regardez) glaciations, détecte, presque prémonitoire, sur le sous-sol doivent avoir le gaz combustible, décrit la faune de la Patagonie, et écrivez tout ce qui se démarque dans le le comportement des Tehuelches peu de gens, des tribus guerrières beaucoup moins de nord de la Patagonie.
Guide Voyage avec des notes de Darwin de 1834 et les comptes du lieutenant Valentin Feilberg, l’Argentine avec la goélette "Chubut" a accompli l’exploit d’atteindre, en 1873, trois ans auparavant, un grand lac dans le cours supérieur de la SantaCruz. C’est l’aimant pour Moreno, l’image ne pouvait pas voir Darwin et Fitz Roy. Le 10 Février, le petit groupe arrive au point où Fitz Roy ordonné de quitter l’exploration et le retour à l’Atlantique. Darwin est appelé «Plaine de mystère», d’où il ya des contreforts et les Andes et la carcasse noircie du Fitz Roy colline appelée "Castle Hill" ou Cerro Castillo.
Moreno soupçonne que le grand lac n’est pas loin et redouble ses efforts pour atteindre une hauteur à partir de laquelle d’ouvrir, enfin, la vue du bas de la Cordillère entier. Le grand jour sera Février 13, 29 jours après avoir démarré à partir du Pavón île, et plus de quatre mois après avoir quitté Buenos Aires.
Dans son livre de voyage, Moreno reflète parfaitement l’importance du moment. Les dunes sont un cheval de l’escalade et devinez quoi, non loin du lac. Il écrit:. "Mais je ne dirige pas mon attention sur les choses de la dune L’air est refroidi, il odeurs et le bruit des vagues d’eau à proximité extrêmement flatteur et révélateur battre contre les rochers me fait oublier tout cela. Rien ne peut exprimer mon enthousiasme en ce moment. Je grimpe la vague de sable et de trouver le grand lac qui porte sa grandeur à l’ouest. C’est un spectacle précieux et de réaliser que même pas utile de mentionner que nous avons travaillé pour le voir, tout ce que je oublier de lui ».
Vu seulement par le lieutenant Feilberg, le lac n’a pas encore de nom. Et avec l’âme de la découverte, Moreno décide alors baptisé du nom qui symbolise son sentiment patriotique: il est appelé le lac Argentino. Et ce sera la première de plusieurs baptêmes Moreno grands qui jalonnent leurs conclusions sur les jours qui suivent.
Lac San Martin
Avec esprits renouvelés après avoir atteint le lac Argentino et de distinguer clairement les montagnes enneigées, Moreno a décidé d’approfondir leur exploration jusqu’à la rivière identifie immédiatement comme «ce fut hors du lac Viedma qui porte son nom."
Comme toujours, après avoir campé dans un endroit, Moreno a commencé à faire de longues distances pour trouver soit la topographie du site et trouver un haut lieu d’apprécier la géographie. Il n’a aucun doute que la rivière coule du nord "descente plus rapide que le Santa Cruz" doit venir du lac Viedma et jette à la reconnaître, poursuivant ainsi l’expédition dans l’inconnu.
Seront presque deux mois d’étonnement face à l’immensité de la Patagonie, la collecte de spécimens fossiles et des vestiges du passé autochtones, y compris une momie précieuse est encore conservé dans le Musée de La Plata; comparaison de l’observation du comportement des guanacos contre les Darwin et les comptes d’Orbigny, en développant les patients Tehuelche vocabulaire castillan, et les prédictions sur l’avenir de cette région désolée où Moreno et imaginé comme un héritage unique du pays, en particulier l’importance de ses grands lacs et la majesté des montagnes qui les entourent.
Après plusieurs jours à cheval vers le nord pour atteindre le bassin de la rivière et il ya des dérives Shehuen l’ouest, peut-être deviner qu’il va trouver, et aidé par des signes qui donnent à certains Indiens avec qui il Tehuelches bonne relation. Le 27 Février, après un endroit petit lunch chassé autruche Moreno il a découvert en Patagonie méridionale est une petite variété de nandous Rhéa Darwinni ou américains, qui, dans la zone appelée "nandou" - le groupe atteint le sommet quelques collines et de là, comme si souvent dans l’exploration de Moreno, l’horizon s’ouvre brusquement et donne une image extraordinaire: un grand lac vert émeraude, dont les bras sont perdus parmi les innombrables recoins du fond des Andes, avec sa haute les sommets enneigés et des glaciers.
Moreno sait que, sauf pour les Indiens, aucun homme blanc n’a jamais arrivés si loin et si profond dans les Andes de Patagonie.Écrivez vos sentiments immédiatement: «Tout est différent ici, et cherchent en vain, la plaine et les dunes menant au lac Argentino C’est un paysage des Alpes, mais triste, inconnu, sans nom La civilisation n’est pas encore connue.. et il est nécessaire de trouver un nom. Appelez cela Lake St. Martin, comme son débit des eaux de la base solide de la Cordillère des Andes, socle unique digne de la résistance héroïque du grand guerrier. "
Des années plus tard, lorsque la division des frontières entre l’Argentine et le Chili déclare un tel flux immense lac sur le paysage sauvage de l’Atlantique et le Pacifique, la frontière passe au milieu de plusieurs de ses bras vers le bas par les glaciers. Comme un lac binational prendre deux noms et, depuis l’Argentine côté de San Martin a appelé après le baptême de Moreno, du côté chilien O’Higgins est appelé, au nom du plus grand héros du Chili et autres Saint-Martin dans la lutte pour l’indépendance contre l’Espagne. Arrivée le matin de Février 28 et le temps de Moreno favorise la permanence des bords du lac San Martin. Pleine lune se reflète la lumière et lumineux, dans l’énorme masse d’eau et les icebergs qui dérivent à travers le centre du lac, loin de les glaciers d’où ils viennent.
Moreno décrite en termes admiratifs que jamais cette image comme aucun autre: «Ni la masse imposante de pierre entourant le Nahuel Huapi, où le cratère glacée s’élève Tronador agité, et les rapides de la Limay, dominé par les laves et de cyprès, ou leforêts d’Araucaria qui descendent de la base de légumes Quetropillán, ou les vallées du nord de rire à Catamarca, au pied de l’Aconcagua, sont comparables, à mon avis, ce coin de terre où le vieux feu et l’eau ont augmenté ces montagnes gras, et où le feu modernes et l’eau ont sculpté des cratères et de lacs, tous plus impressionnants. "
Ce moment marque le retour à la vue sans fin vers le sud. Il ya quelques dispositions dans le camp "et nous avons encore visiter le lac Viedma," Moreno dit à ses compagnons, les chevaux se préparent à retourner à l’ouest, les collines qui séparent la vallée de la bassin de la San Martin et de Viedma.
Le «Volcan» FITZ ROY
img src="https://proyecciones.blogia.com/upload/externo-30449dac456f0b5bf6e22288adaf9c6e.jpg" border="0" /><Le temps, qui a bénéficié à la découverte de San Martin, seront lésés, cependant, d’atteindre le bassin de Viedma. C’est probablement la raison principale pour laquelle Moreno engager sa seule grosse erreur de découverte: pour confondre l’imposant Fitz Roy, qui l’éblouit à distance, avec un volcan, comme décrit dans son histoire. L’autre cause, secondaire mais essentielle, est la fatigue extrême des chevaux qui ne vous laissera pas aller dans le bas de la Viedma à reconnaître le massif du Fitz Roy.
Le temps orageux, le plus souvent dans la région, n’a pas fourni le privilège d’une journée de nettoyage unique, dans lequel d’analyser attentivement la photo pour voir. Moreno décrit le Fitz Roy, puis, en s’appuyant sur les comptes des Indiens, pour qui la montagne sacrée a été «un logement le feu» comme désigné par le nom indien de "Chalte (volcan) - ajoutant à la confusion de la vision le sommet de la colline, enveloppé dans les nuages qui ressemblent, dans la distance, de la fumée et les émanations qui caractérisent un volcan.
Ajoutez à cela une autre observation Moreno équivoque. Depuis les collines qui descendent vers le lac Viedma clairement distingués dans le fond du lac, les immenses glaciers Viedma baisse par rapport à la masse de glace continentale. Dans leur voyage et dans les virages stable, la masse de glace montre certains traits sombres taches, qui ne sont que les débris de pierre que le vent et la glace sont traînant de la Viedma nunatak, l’îlot au milieu du plateau de glace supérieure dans le cours supérieur du glacier Viedma. Moreno, cependant, croit que ces taches sur la glace les cendres peuvent être dispersées par le vent, l’ajout de certitude de sa conviction qu’il doit y avoir des éruptions du volcan.
Ses écrits ne laissent aucun doute sur la confusion quand il décrit en détail le point de vue du Fitz Roy: «Le volcan dont les deux m’ont dit distinguait vaguement les Indiens et je suppose que la grosse tempête qui noircit le lac dans cette direction peut être d’origine volcanique, la poussière aussi faible, imperceptible, tombe près de nous. Ce volcan est la plus haute montagne dans lequel ils sont dans ce quartier et je pense que son cône actif est l’un des plus audacieux de la planète. Comme ce volcan n’a pas été mentionnée par les marins et les voyageurs, et que le nom du Chaltén qui donnent les Indiens s’appliquent également aux autres montagnes, je voudrais appeler Fitz Roy volcan, comme un témoignage de gratitude que nous les Argentins à la mémoire d’un amiral anglais sage et énergique Il fait connaître la géographie côtière du sud de l’Amérique du Sud. "
Il était 2 Mars, 1877 et Moreno à décider où prendre le retour.«Mon désir est de continuer au nord-ouest d’essayer d’entourer le lac Viedma, mais les chevaux ne peuvent pas aller plus". Un rythme lent, commencer leur chemin de retour dans les zones déjà connues, et décident de camper à l’extrémité orientale du lac Viedma, où la rivière reliant le lac Argentino Viedma. Aucun suspect dans la nuit de Mars 3 serait l’un des plus risqués de sa vie.
Protégé du froid et du vent pour un poncho dont la couleur peut être comparé à un guanaco, Moreno souffre soudainement un couguar attaque femmes, qui sauta sur son dos quand il était près de la rivière à partir d’une bouteille avec un message pour l’avenir aux voyageurs de s’arrêter sur les lieux. Miraculeusement, le coup le frappe au visage et le dos, mais il vous donne le temps de tourner autour et de protéger le poncho et la boussole suspendue - «J’ai roulé d’elle comme un bola pour tenter d’effrayer l’animal» - comme rejoindre leurs compagnons, pour tuer le "lionne" (comme ils sont connus dans la région) et de trouver son terrier à proximité.
Suite au mauvais moment, des conjectures Moreno-rares attaque comme les Cougars éviter tout contact avec les humains, il peut être parce que l’animal avait confondu son poncho avec une vraie guanaco, ou qu’il devrait y avoir près de la chiots femelles, qui a conduit à leur agressivité.
En conséquence, Moreno, puis baptisé le fleuve comme La Leona, en hommage à ce pauvre animal est mort. Et l’endroit a été appelé, comme d’habitude, Paso Rio de La Leona, un must pour les voyageurs qui se rendra aujourd’hui la célèbre Route 40 à partir du lac Argentino à la zone de Viedma et marcher vers le village de El Chalten au pied du Fitz Roy .
Retour sur les rives du lac Argentino, Moreno se déplace à l’ouest et fait une profonde appréciation de l’altitude de la zone, à partir de ce qui distingue certains des sommets émergent de la glace et les noms de plusieurs d’entre eux. Paradoxalement, cependant, ne parvient pas à découvrir le grand glacier qui porte désormais le nom vient glacier Perito Moreno. Accompagné par les fidèles Moyano longe le lac Argentino, très près du glacier, les icebergs qui sont effectuées par le magnifique lac. Mais la difficulté du terrain culmine dans une falaise qui rend impossible de poursuivre le mois de mars, bien Moreno entendre clairement le tonnerre des immenses blocs de glace qui coulent du front glaciaire décide de planter un drapeau il ya en Argentine, baptise la colline de mai distingue par sa hauteur et de défi et donne l’ordre de revenir. "Nous avons seulement une demi-boîte de pâté de foie gras et de l’herbe de la Isidoro fidèles,» dit-il dans ses écrits. "Sur Mars 16, à midi, nous avons quitté, non sans tristesse, les lacs Argentino, Viedma et San Martin et de la Cordillère sauvage et sévère». Le voyage de retour vers l’Atlantique, dans le même bateau dans la première manche, sera incroyablement rapide, grâce à la force de la rivière Santa Cruz. Qu’est-ce qu’il m’a fallu un mois à la demande vingt-trois heures seule manière autour depuis le début de la rivière à l’île de Santa Cruz Pavon, à l’embouchure. Après une longue journée avait encore circonscription à Punta Arenas, au Chili, s’y embarquer à destination de Buenos Aires.
Le 8 mai 1877 revient à Buenos Aires, six mois après son départ pour l’inconnu. Sage Burmeister et anciens présidents Mitre et Sarmiento savons déjà que Moreno est devenu, avec tout juste vingt cinq ans, un grand scientifique et explorateur
Prisonnier des Indiens
Sa soif de voyage et de découverte est encore agrandie après cette confirmation remarquable de la longue saison dans la plupart des sud de la Patagonie. Et décide de retourner dans la région de Bariloche, à explorer correctement la zone du lac Nahuel Huapi, qui reste quasiment inconnu en Argentine et au monde entier. Moreno toujours utiliser le nom original pour le lac, et mentionnés dans les comptes des jésuites qui ont reconnu la zone avec le Mascardi malheureux père au XVIIe siècle. Les Indiens du XIXe siècle, cependant, un appel ou Strectialafquen TE’KEL Malal, le cas échéant.
Bien que la sensibilité de l’homme de montagne n’a aperçu dans les lacs Argentino, Viedma et San Martín paysages uniques, le majestueux Nahuel Huapi attire aussi avec une force irrésistible.Et comme il a fini d’écrire son livre d’un voyage en Patagonie australe, qui serait publié par l’imprimerie du journal La Nacion à la fin de 1879, Moreno a conçu une nouvelle exploration ambitieux de la région et au-delà de Nahuel Huapi.
Ils commencent une autre épopée Moreno, caractérisée par de nouvelles découvertes dans la région d’Esquel, Chubut vallée de la rivière et au sud du lac Nahuel Huapi, mais surtout, par l’épisode dangereux dans lequel a été près de perdre sa vie, être capturé par les Indiens, dans un esprit de vengeance pour la guerre de l’homme blanc, et ceux qui ne font une évasion audacieuse et une endurance sans limites. Astucieusement, sachant que le puissant chef Shaihueque encore dominé le secteur complètement les pommes, c’est à dire les vallées au nord du lac Nahuel Huapi, Moreno a décidé de commencer leur exploration du sud au nord, de l’escalade jusqu’à la vallée de la rivière Chubut et explorer les vallées d’Esquel , le lac et les lacs Cholila sud de Bariloche. Toutefois, à diverses réunions avec des groupes autochtones, est averti que les émotions sont fortes, puis fait un calcul risqué Moreno: passer à la Nahuel Huapi et, s’ils sont attaqués par des Indiens hostiles, en essayant de traverser le Pacifique par le célèbre étape Bariloche.
Mais les hommes de camping avancés surprises Shaihueque sur les rives sud du lac Nahuel Huapi et l’emmener prisonnier à le prendre comme otage, d’auvents Caleufu, où le juge et Shaihueque martiaux.
Alors que les Indiens respectent Moreno, qui avait gagné la réputation d’homme compétent et courageux, ils savaient aussi qu’il serait idéal pour un échange d’otages des prisonniers indiens capturés par l’armée argentine sous Villegas Conrado général. Shaihueque même eu à certains appréciation pour le jeune scientifique, qu’il appelait «ami». Et tous les Indiens craignent que l’instrument en particulier mentionné comme une «arme secrète» de Moreno: son théodolite.
Mais le conseil de guerre est très menaçant. Plusieurs fois, il mentionne que Moreno doit mourir, et de nombreux proches des Indiens morts ou prisonniers crient vengeance en la personne de Moreno. Shaihueque, qui refuse de donner l’ordre de tuer, a décidé d’attendre le passage de la «Rogations» une fête de plusieurs jours de prières spéciales à faire avec les esprits.Moreno sait que ces sont des jours de danser et de boire sans fin et le plan de votre moyen de sortir: un flic vers le bas sur les journaux par le fleuve Collon Cura.
Dans la matinée du 12 Février 1880, Moreno prend les Indiens ivres de s’éloigner de l’auvent sur un cheval coincé dans le milieu de la nuit, en effaçant les traces d’un poncho qui se lie à la queue du cheval à être traîné sur le sol . Alors les quelques heures nécessaires pour atteindre le gagne Collon Cura berge et une cravate de plusieurs grosses branches de saule à construire un radeau avec lequel mauvaise tentative désespérée pour s’échapper.
Le plan fonctionne à la perfection. Lorsque les Indiens avertir que Moreno et ses deux compagnons ne sont pas un tollé général donne le mandat de perquisition, mais Moreno est déjà dans l’eau et de tomber avec la force de la puissante rivière, ce qui place à plusieurs reprises sur le point de sombrer dans la navigation sombre et sans gouvernail. Le lendemain, l’arrivée de la rivière Limay a permis la liberté finalement envisager. Sans nourriture, Moreno et ses hommes sont sur le point de s’évanouir.Marchez le long des rives de Limay, Neuquén et myope jusqu’à une colonne de fumée qui peuvent être de l’avant-poste militaire en Argentine. Avec son reste quelques balles dans son fusil, Moreno tiré en l’air. Une patrouille est de regarder de l’autre côté de la rivière. Ils demandent: «Qui va là?" Près du bord de leurs forces, la réponse vient: «Moreno, échappé de l’auvent."
La réunion est le salut. Moreno remplace forces obtenir des chevaux frais et les chefs de retour à Buenos Aires. Une fois encore, un autre roman voyage se termine heureusement.
L’homme d’Etat
Ce qui n’était pas prévue mars sur les rails, c’est l’attitude du gouvernement argentin. Quand il est arrivé à Buenos Aires Moreno, propriétaire des événements uniques et d’aventures, souffrent la lie amère de l’apprentissage qui a été retiré de sa mission. Pour la bureaucratie du ministère de l’Intérieur, avait aucun signe de vie confiée l’exploration!
Personne ne semble noter que Moreno avait été emprisonné et sur le point de perdre sa vie. ne semble pas beaucoup de soin ce que le navigateur a à raconter Moreno a rencontré, de toute façon, avec pour mission de remettre le rapport à l’expédition, et abandonne tout contact avec le gouvernement à consacrer à classer leurs innombrables morceaux de la collection, comme les rêves et les avec le musée d’histoire naturelle grands qui veut quitter le pays. Commence alors son premier voyage en Europe à part là-bas avec un esprit ouvert aux découvertes, les nombreux développements scientifiques dont il garde dans ses carnets.
Dès son retour au pays, cependant, décide de se battre contre un malentendu de la bureaucratie comme une ressource valable et fin du XIXe siècle que ce sera dans le XXe siècle ou la vingt-première à faire une dénonciation publique par un quotidien .
Ainsi, en Janvier 1883, décide d’envoyer son ami, l’ancien président Bartolomé Mitre une série de trois lettres successives qui donne tous les détails de sa reconnaissance sur le lac Nahuel Huapi et les régions environnantes. Là, il explique que son rapport a été caché au sein du ministère de l’Intérieur depuis 1880 et personne ne semble intéressé à l’importance de la découverte de la région. Et il lit Mitre: "Trois ans ont passé depuis ma dernière visite au grand lac, je ne vois aucune mention de ces expéditions et beaucoup attribuent le silence qui a recouvert mon rapport à l’étendue du ministère de l’Intérieur, qui n’a pas été. encore publié, en dépit du décret de «publier» le même voile épais couvrant la précédente administration tombai sur ma mission officielle sur les terres du sud. J’adresse mes croquis de voyage, de les publier dans la nation ».
Immédiatement, Mitre offre l’aide qui sera déterminant pour son avenir. Surpris par ce qu’il lit, le fondateur et le rédacteur en chef du journal a décidé de le publier en plusieurs versements, avec des dessins et des diagrammes, de la première page de La Nation.
L’impact sera concluante. La nation président, Julio A. Roca, réagit immédiatement et a ordonné de réparer l’erreur. Moreno prendra alors le nouveau rôle d’homme d’État. Nous nous attendons à de longues années de négociations avec le Chili, les scans nécessaires pour définir les limites exactes et la tâche de l’expert argentin pour l’arbitrage britannique de 1902 a donné le dernier mot, en s’appuyant largement sur des informations et des connaissances inégalées Dr Francisco «Pancho» Moreno.
Toujours dans la tâche de négocier diplomatiques et Moreno était si intelligent, rusé et implacable comme il parcourt le désert à pied ou à cheval. Toujours guidé par un principe: pour convaincre, avec patience et incontestable d’entrée de données.Alors, décidé de passer des mois à Santiago du Chili, de parler avec les hommes de l’État du Chili, que Moreno ne veut pas la confrontation, mais les accords incontestablement correcte sur la base du traité de 1881 qui stipule que la gamme et la géographie est la limite naturelle entre les deux pays.
Le Chili traverse son chemin. Avec toute sa famille, à dos de mulet, par les hauteurs passent Uspallata à Mendoza. Et installé à Santiago, où il espérait, cependant, une honte de la famille: sa jeune épouse est décédé d’une infection soudaine, le laissant seul et en charge de quatre enfants. Moreno doubles, cependant, leur attachement à la patrie. Poursuite de l’exploration à travers les montagnes, à partir de la frontière avec la Bolivie au sud de la Patagonie, décrit les lignes supérieures et des bassins versants; fondé le Museo de La Plata, organise des missions d’exploration plus avancés, pour lesquels re- scientifiques de bande à haute valeur Clemente Onelli, Rolf Hauthal, Ludwig von Platten, Emilio Frey.
Enfin, avec enfants d’âge scolaire, se sont installés pour longtemps à Londres, où il concentre ses efforts pour obtenir le prix de la meilleure possible par les experts britanniques, dirigé par le colonel Sir Thomas Holdich.
Et comme noté en 1883 Moreno connaissait l’importance critique du public de diffuser leurs travaux, sait maintenant qu’il est en position de l’Argentine pour informer la communauté scientifique européenne autant que possible sur le lointain, terre mystérieuse et mythique de la Patagonie . Depuis l’avènement de la photographie lui avait donné un argument extraordinaire supplémentaire pour leurs explications, M. Moreno a commencé à construire des archives photographiques que quiconque dans le monde possédait.
À la mi-1899, une importante exposition de ces photographies, accompagnées par deux conférences remarquables au siège de la Royal Geographical Society à Londres le 29 mai et le 2 Juin de cette année, marquera une diffusion exceptionnelle globale desecrets de la Patagonie. Moreno confirme qu’il existe dans le monde entier comme le spécialiste en Patagonie. Dans ses conférences à l’RGS est présenté par la plus grande Darwin, fils du grand naturaliste, et a été nommé membre correspondant de la célèbre institution anglaise, ainsi que les Académies des Sciences de la France et l’Italie. Quand en 1902, il connaît enfin le prix britannique, signé par le roi Edouard VII, l’expert en chef britannique, Sir Thomas Holdich, reconnaît que «tout ce qu’il a obtenu en Argentine est due au travail de Moreno".
The Philanthropist
De la sentence sur Moreno vient où la grande tâche finale.Comme Sarmiento, croit que l’éducation est essentielle. Et le souci, surtout la difficulté de transmettre des connaissances aux pauvres. Ainsi, les subventions vont consommer tous leurs biens personnels, développe les premières écoles pour les enfants, sans possibilités, où pour offrir la nourriture pour ne pas cesser de suivre des cours.
Avec quel le gouvernement a payé pour son travail comme une experte des milliers d’acres-sur les rives du lac Nahuel Huapi, décide d’adopter une initiative pionnière: retour à la subvention de l’État pour y créer le premier parc national en Argentine.
Et avec toutes les archéologiques et paléontologiques recueillis dans ses voyages à la base du Musée de La Plata, dans le début du XXe siècle, jouit déjà d’une renommée mondiale. Seul un sujet de préoccupation attribué insoluble. Il avertit ses contemporains l’esprit de découverte et de la civilisation lui-même rêvé d’explorer les vastes territoires de Patagonie. Il blesse la concentration petits humains et politiques des questions de bas niveau.
Moreno rêvé chemins de fer traversant le plateau de Patagonie, avec des bateaux sur les rivières et les grands lacs, des villages animée au pied de la Cordillère.
Et surprise, sans doute, si remontent à la vie et aujourd’hui, par exemple, la rivière Santa Cruz, pour trouver presque aussi en 1877.
Ou, peut-être, il semble philosophiquement à lui-même dans le fond, tout aussi bien. Patagonie, Dieu merci, encore presque vierges dans une grande partie de son territoire
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